Ruta en las playas negras de Ortegal: un paseo de millones de años

Las visitas guiadas por este litoral al norte de A Coruña descubren paisajes majestuosos y ofrecen un libro abierto de la historia geológica del planeta

NOTA: Por motivos de conservación y seguridad, es recomendable realizar la ruta de las playas negras de Teixidelo en compañía del guía del Concello de Cedeira. La información sobre visitas guiadas en Ortegal puede consultarse en el portal Rutas Geológicas de Galicia.

En pocos lugares parecen tan próximos el mar y el cielo. Al pie de los acantilados de A Capelada, los más altos de la Europa continental, las nubes ocultan gran parte del año las cumbres de la sierra, que caen directamente al mar desde 600 metros de altura. Pudo suceder de otro modo, pero sucedió así, y la naturaleza y la historia han dibujado un paisaje tan asombroso por su belleza como por su interés científico.

Desde hace años, al amparo del proyecto para impulsar el geoparque del cabo Ortegal, los concellos de la zona ofrecen varias rutas divulgativas para acercar a los vecinos de la zona y a los visitantes el patrimonio geológico de la zona. GCiencia realizó una de ellas, la conocida como ruta de las playas negras, en Teixidelo (Cedeira).

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La ruta

Francisco Canosa, un doctor en Geología que estudia desde hace más de 10 años las rocas de Ortegal, es el guía de las rutas que recorren la zona. La cita es a las 10 de la mañana en el cruceiro de Teixidelo, la aldea donde comienza y finaliza la jornada, en medio de la llovizna y la niebla. Antes de comenzar a caminar y descender hacia la costa, la primera parada es en un de los miradores de la zona, donde se vislumbran ya algunas de las peculiares trazas en las rocas. De camino también se pasa, por cierto, por el monumento al actor británico Leslie Howard, que murió al ser abatido su avión durante la Segunda Guerra Mundial por naves alemanas cuando volaba de Lisboa a Inglaterra, aunque no hay indicios de que el suceso había tenido lugar cerca de la zona.

Comienza luego el descenso hacia un libro abierto en la historia del planeta, mas también al interior de la Terra. En el sendero que lleva al antiguo valle glaciar (que se formó cuando el clima era mucho más frío y la línea de costa estaba más de 10 kilómetros mar adentro) aparecen las primeras señales de que estamos en un lugar especial: hay una pequeña planta con una flor rosada, la Erinus alpinus, que crece en sustratos calcáreos, cuando en teoría estamos en un lugar con predominio granítico: lo que parece cuarzo es, en realidad, un filón de calcita, como demuestra in situ con un experimento con un reactivo Francisco Canosa.

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El antiguo valle glaciar, la falla y la catarata de Teixidelo

A menos de dos kilómetros de la salida, entramos de lleno en el antiguo valle glaciar de Teixidelo. “Hay debate sobre esto, pero lo cierto es que aquí vemos todos los elementos de que hace muchos miles de años, aquí hubo un glaciar: la forma en U del valle, restos de morrenas, estrías en las rocas, bloques de tamaños muy desiguales (conocido como till), e incluso depósitos de arcillas que aún hoy están sin solidificar, y que producen un curioso fenómeno de desplazamiento en la zona.

Y en este mismo valle puede apreciarse también la falla que lleva el nombre del lugar, una grieta de casi 300 millones de años que corta en dos trozos A Capelada: al norte quedan las peridotitas y al sur, granulitas y anfibolitas. Y en medio, el hueco fue cubierto por el seixo que emerge en algunas zonas como las crestas que se ven en el valle o las que cruzan la carretera que lleva a Cariño.

La jornada prosigue hacia otro de los parajes que fascinan al caminante: una cascada de casi 50 metros de altura procedente de la unión de dos riachuelos que se cruzan en la primera parte de la ruta y que, después de discurrir un trecho bajo tierra, caen al Atlántico cerca de la isla Gabeira.

La playa negra de Teixidelo

Después de otra parada en la georuta para contemplar las formaciones rocosas del valle, el grupo se dirige hacia la playa de arena negra que es un caso posiblemente único en el mundo entre las que no tienen origen volcánico. “Hay muy pocos sitios en el mundo donde se encuentra la peridotita (formada por olivina) sin salir directamente de los volcanes, ya que se forma a mucha profundidad, a más de 70 kilómetros, y muy rara vez llega a la superficie. Y de estos sitios, casi ninguno está en la costa”, explica Francisco Canosa. Hay otro factor que convierte a la playa negra de Ortegal en un lugar especial: “Al tratarse de un lugar tan agreste, el mar no llega a desplazar hasta aquí arena de otras playas próximas, compuesta por otros elementos, por lo que solo se forma la playa con los materiales de los colores oscuros que vemos aquí”.

La olivina de Teixidelo, compuesta por hierro, magnesio y silicio, se descomponen para formar con la ayuda del oxígeno la serpentina (Mg y Si) y magnetita (Fe), los minerales que componen la arena de la playa. Al observar con una lupa es posible apreciar cristales verdes y negros en ella. Y en la peridotita aún sin descomponer es posible ver el interior de la tierra: las bandas dibujadas en la superficie de la roca dan cuenta de cómo se repartieron los diferentes compuestos en la cámara magmática.

Aquí, en este paraje que a veces parece estar pintada en blanco y negro, cuando la niebla de la mañana ya se levantó hasta la cumbre de los acantilados, el grupo se detiene a comer. Alrededor aún se ven los restos del Bonnie Carrier, un buque que vino a batir en 1986 contra esta costa al romper las amarras mientras era remolcado. El camino que se hizo para recuperar sus restos es la senda por la que hoy transita parte de la ruta. También cerca de la playa está una de las bocas de las prospecciones mineras para extraer níquel en el siglo XIX, y que dieron pie a otra historia geológica que merece ser contada.

Poco después, antes de que la marea haya subido demasiado, y tras una nueva parada para explicar la génesis de estas playas negras, la ruta emprende el regreso cuesta arriba hacia Teixidelo. Seis horas de paseo por un paisaje de millones de años.

Vista panorámica dalgúns dos puntos de interese da xeoruta das praias negras. Fonte: Google Maps/Elaboración propia.

Más información:

Proyecto del geoparque de Cabo Ortegal (PDF).

Rutas Geológicas de Galicia.

1 comentario

  1. Es una maravilla perderse entre la naturaleza y la historia de tantos milenios.
    Para poder hacerlo, hay qué estar en buena forma pues…la andadura, no es moco de pavo.
    Además de andar varios kilometros por caminos duros, son paisajes espectaculares que te llegarán al corazón.

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