Una droga barata, fácil de elaborar y cada vez más consumida por la juventud, según los expertos. El ‘karkubi’ es un psicotrópico, original de Marruecos, que se alcanza mezclando hachís y clonazepan. La Guardia Civil detuvo este jueves a una persona e investiga a otras 16, entre ellas varios médicos del Servicio Gallego de Salud (Sergas), en una operación contra el tráfico de estas sustancias realizada en Cangas y Vigo.
Conocido también como “la droga de los pobres”, el ‘karkubi’ se obtiene mezclando esencialmente hachís y clonazepan, mas también puede añadírsele pegamento o heroína en su elaboración. Su consumo lleva a un “cambio en los circuitos cerebrales, creando alucinaciones y euforia“, explica el toxicólogo y vocal de la junta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña Antonio Busto.
Gran margen de beneficio
El ‘karkubi’ es una droga que “crea mucha adicción y tolerancia“. Esto hace que sea especialmente peligrosa ya que, “para tener los mismos efectos que las primeras veces, precisas más cantidad”. Uno de sus componentes —el clonazepan— se obtiene de medicamentos con receta como el Rivotril. Este fármaco es prescrito principalmente como antiepiléptico, mas también se emplea para conciliar el sueño o calmar la ansiedad ya que, “a diferencia de otras benzodiacepinas, actúa mucho más rápido sobre el cuerpo“, destaca el farmacéutico de Noia.
Otro de los problemas que presenta el Rivotril es su bajo coste. Según indica Busto, una caja con 60 comprimidos de este fármaco financiado se vende por 2,08 euros. “Esto hace que los traficantes obtengan un gran margen de beneficio, ya que de una sola caja de clonazepan pueden sacar cientos de cápsulas de esta droga. Una vez elaborado el ‘karkubi’ con hachís o pegamento, ellos venden cada dosis a un precio diez veces mayor o más“.
Moda entre la juventud
El ‘karkubi’ también se nombra como “droga Rambo”, “cartucho”, “recargo”, “ampolla roja” o “Guadalupe”, acorde a la información del toxicólogo. En Galicia se comercializa en formato de gotas, ampollas o comprimidos blancos como el Rivotril. La juventud que consume en ámbitos de ‘policonsumo’ “busca una reacción ‘alcohol like’, es decir, replicar lo que sentirían si bebieran grandes cantidades de alcohol, casi al límite del coma etílico”, detalla. La preocupación, acorde a su experiencia, es que la juventud mezcla estos psicotrópicos con otros principios activos como la codeína —opioide— o los jarabes, “que ya están dando problemas en nuestro campo”.
Consumido dentro de ámbitos como la “cultura rave” o como “experiencias entre amigos”, lo digital no queda fuera de esta problemática. “Yo mismo llegué a ver vídeos de Youtube en el que los jóvenes, mientras cantan y bailan, graban como preparan estas drogas, como si fuera una receta de cocina, mostrando los medicamentos necesarios para su elaboración”, cuenta Busto.
Recetas falsificadas
Dentro de la operación que llevó a la redada de este jueves en Cangas y Vigo están siendo investigados tres médicos de familia y dos psiquiatras del Sergas como presuntos autores de un delito de falsedad de recetas y contra la salud pública. En la actualidad las recetas de medicamentos como Rivotril siguen un procedimiento exhaustivo. “El aumento de las falsificaciones y el tráfico ilícito —ya desde antes de 2019— llevaron la que se cambiaran las condiciones de dispensa de este tipo de fármacos. Las prescripciones del Sergas deben ser siempre en formato electrónico y un farmacéutico tiene que homologarlas“, explica Busto.
Es por esto que, dentro de esta operación, también se investiga a un farmacéutico por falsedad documental al expedir Rivotril, “incumpliendo el deber de comprobar la identidad de la persona que recoge el medicamento y la receta”, detalla Europa Press. Así, la Guardia Civil comprobó que la madre de un menor, que había sido protagonista de distintos incidentes, llegó a retirar 5.800 comprimidos en menos de un año, segundo indica la agencia. En la redada de este jueves, las autoridades incautaron 523 pastillas, un parche de fentanilo, 20 gramos de marihuana y nueve pastillas de metadona.