No comer castañas o pulpo y beber agua o no tomar una naranja después de un producto lácteo como un yogur, para no sentirnos mal. Estos son solo algunos ejemplos de una larga lista de combinaciones alimentarias desaconsejadas muchas veces por la sabiduría popular. Pero, ¿tienen alguna base científica estas recomendaciones?
Para saberlo, hablamos con Nicolás Piedrafita, dietista-nutricionista además de investigador en Innovación y Seguridad en Tecnologías Alimentarias en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), quien asegura haber escuchado en la consulta algunos ejemplos de combinaciones de alimentos, supuestamente peligrosas, para nuestra salud.
“Es verdad que existen muchos mitos sobre mezclas alimentarias más o menos dañinas. Muchas veces se tratan de explicar de este modo algunas situaciones que vivimos, aunque no tenga ningún fundamento. La realidad es que no hay estudios que demuestren esa relación que se establece entre alimentos o las consecuencias en nuestra salud de las que se hablan. Al mismo tiempo, es muy frecuente que la gente intente encontrar siempre ese factor, casi mágico, que va a salvar nuestra alimentación y ofrecernos un nivel máximo de salud”, nos explica.
Las castañas, también con agua
Si no hay mezclas de alimentos desaconsejadas por los científicos como resultado de sus investigaciones ni combinaciones prohibidas, ¿cuál podría ser entonces el origen de esas consecuencias para nuestra salud de las que se nos advierte en casa o cuando estamos a la mesa con amigos?
«La castaña absorbe más cantidad de agua y puede hacer que nuestro estómago se expanda»
NICOLÁS PIEDRAFITA, dietista-nutricionista e investigador de la USC
Piedrafita nos explica, por ejemplo, de dónde puede venir la advertencia popular de no comer castañas y beber agua al mismo tiempo. “Seguramente la castaña absorbe más cantidad de agua y hace que se hinche y se expanda en nuestro estómago provocando una sensación de saciedad muy grande. Es posible que esto le ocurra a algunas personas, pero no se puede generalizar, no podemos pensar que a toda la gente le va a ocurrir lo mismo y que por eso no podemos ingerir castañas y agua juntas. Esto también puede pasar con las semillas, que pueden aumentar de volumen y provocar esa sensación de saciedad. Las castañas son muy saludables y podemos acompañarlas con agua sin problema”, afirma el investigador.
Yogur y naranja, una combinación inofensiva
Una de las creencias que más se repiten en la mesa es la de no consumir lácteos y fruta, como la naranja, en el mismo menú si queremos evitar tener molestias intestinales. “Es cierto que muchas veces se cree que consumir productos lácteos con otros alimentos como la fruta es arriesgado porque se puede cortar la leche. La realidad es que la acidez que tenemos en el estómago es tan elevada que ese tipo de combinaciones nunca se van a dar y, por lo tanto, hacernos sentir alguna molestia. La acidez lo va a destruir todo en un alimento para poder digerirlo, por eso no es posible sentirse mal. Esta creencia no es real y hoy no tenemos una base sólida científica para explicarla”, subraya Piedrafita.

Cada uno con sus límites
El dietista-nutricionista advierte, eso sí, que debemos tener en cuenta las alergias o la intolerancia de algunas personas a determinados grupos de alimentos. Nicolás Piedrafita también nos recuerda que ciertos medicamentos no se pueden mezclar con algunos alimentos que serán siempre indicados tanto por el médico como en el prospecto, ya que podrían interferir en el resultado que se busca con el tratamiento.
”Sabemos que el pomelo, por ejemplo, no se puede consumir con ciertas medicaciones porque puede interferir en su efecto. Y esto sí que es cierto, tenemos que tener cuidado con la interacción de algunos alimentos con determinados fármacos. Un caso muy típico puede ser el de algunos tratamientos de la tiroides con los que no se puede comer ni soja ni sus derivados porque no se conseguiría el efecto que se busca. Hay algunas situaciones en las que es necesario centrarnos en el caso individual de cada persona”, dice.
Comer de todo y, a ser posible, de temporada
Piedrafita insiste en que las mezclas imposibles de alimentos de las que se hace eco incluso el refranero, no tienen base científica y que los consejos para una alimentación segura y saludable son los que enumera para finalizar esta conversación con GCiencia.
«Hay que apostar por una alimentación rica en fruta y verdura, y mejor si es de temporada»
NICOLÁS PIEDRAFITA, dietista-nutricionista e investigador de la USC
“Tenemos que tener sobre todo una alimentación rica en fruta y verduras de todo tipo. Es importante consumir, si se puede, productos de temporada para disfrutar de un mejor sabor o de una mejor textura además de tener un precio más interesante, que es algo que también tenemos que tener en cuenta. En lo que se refiere a la hidratación, el agua debe ser la fuente principal en el día a día. Y, por último, intentar consumir menos carnes y más legumbres, como lentejas o alubias. Estas son, desde mi punto de vista, las tres llaves de una buena alimentación para mejorar nuestra salud personal pero también para respetar el medioambiente que es un elemento muy importante a tener en cuenta hoy cuando hablamos de alimentación”.