Puede resultar paradójico pero lo cierto es que la construcción de una de las obras arquitectónicas más destacadas de los siglos XX y XXI puede tener como requisito el error cero para que las piezas podan encajar. Esto es lo que sucede en el caso de los grandes bloques de piedra empleados en la construcción de la Sagrada Familia en Barcelona. La empresa lucense PCM Granitos Moldurados, que trabaja con la basílica catalana desde hace quince años, tiene que conseguir la perfección total en la parte de los bloques que tiene que engarzar con otras piezas. Es un trabajo milimétrico que, de hecho también paradójico, tiene que hacerse de forma manual.
En otras partes de las piezas el error aumenta hasta un máximo de 2 milímetros, pero no puede ir más allá. “Los canteros son los encargados de dar el toque final para conseguir el error cero, ya que con las máquinas costaría mucho más obtenerlo porque tendrían que sufrir un desgaste mucho mayor y por eso la parte final el trabajo se hace de este modo”, explica Octavio Vázquez, director de producción de PCM, que comenzó a trabajar en esta empresa familiar en el año 2003 aunque ya desde antes trabajaba para la Sagrada Familia junto al gran escultor Manuel Mallo.
PCM nació en el año 1992 con la vocación de aplicar las nuevas tecnologías en el tratamiento de la piedra natural. En los primeros tiempos trabajaron mucho en el sector de la construcción privada pero la crisis que llegó a partir de año 2008 también afectó gravemente la esta empresa. Por suerte, su capacidad para producir piezas únicas le permitió seguir trabajando para clientes como la Sagrada Familia.
Tráileres de 24 toneladas viajan a Barcelona desde Lugo diez veces por mes
Las piedras que se retocan en PCM se emplean en las conocidas como torres de los Evangelistas y también en la que la basílica dedica a la Virgen María. Si todo va bien la obra estará terminada en el año 2026. Cada una de las piezas que se producen en las instalación de PCM en el polígono del Ceao de Lugo tienen que ser certificadas y después emprenden camino a Barcelona por carretera. Tráileres de 24 toneladas hacen el camino hasta la capital catalana unas diez veces por mes.
En las piezas que se fabrican para Barcelona se emplea piedra gallega pero también otras que proceden de Inglaterra, Francia, Cantabria o Cataluña. El trabajo minucioso que se hace en PCM mismo levantó el interés de National Geographic, que le dedicó a la empresa luguesa varios minutos de un reportaje que realizó sobre la Sagrada Familia.
Casi la mitad de los 30 empleados que trabajan en PCM son canteros, una figura fundamental para hacer posible que las piezas alcancen el nivel de perfección necesaria para la gran obra diseñada por Gaudí. El trabajo que realizan es tan personal que algunos de los que trabajan en la fábrica pueden distinguir que piezas realizó cada uno de los canteros. “Es un trabajo puramente artesanal que podrá sobrevivir mientras haya clientes que lo demanden para obras singulares”, señala Vázquez.
Entre los trabajos recientes realizados por PCM también se encuentran dos cúpulas para los trabajos de restauración realizados en la catedral de Santiago.
El trabajo de los canteros es tan personal que se puede distinguir quien hizo cada pieza
PCM siempre está atenta a todas las innovaciones tecnológicas, aunque en el que se refiere al proceso de mecanización para el tratamiento de las piedras no hubo muchas novedades en los últimos años. Pero sí que se emplean los nuevos avances para proteger a los canteros y mismo se está investigando en el campo de la producción de chimeneas de bioetanol. La diversificación es fundamental porque no siempre se puede contar con una obra tan excepcional como la construcción de la Sagrada Familia para poder seguir trabajando.