Al lado del río Anllóns se despliega un territorio geográfico situado en la Costa da Morte y fortalecido por su riqueza natural y, por supuesto, gastronómica. De Soandres hasta la ría de Canduas, los ingredientes de la huerta y del mar y los platos de cuchara son parte fundamental de A Laracha, Carballo, Coristanco, Ponteceso y Cabana de Bergantiños. Fogóns de Anllóns pretende convertirse en una “marca de calidad” propia a través dos Planes de Sostenibilidad Turística en Destino, en la que la Deputación da Coruña quiere introducir “o más selecto da producción, da transformación y da restauración”, segundo defiende Xosé Regueira, el vicepresidente de la institución provincial y diputado de Turismo.
“Vamos a buscar una cocina sin cadena de frío, una cocina que garantice que todo lo que se vaya a comer en el día se compró el mismo día en el comprado”
XOSÉ REGUEIRA, diputado de Turismo
La intención es que los restaurantes amparados bajo esta nueva marca tengan cocina de mercado, es decir, a partir de ingredentes adquiridos el propio día y un contacto slow o bio durante la elaboración de los platos. “Vamos a buscar una cocina sin cadena de frío, una cocina que garantice que todo lo que se vaya a comer en el día se compró el mismo día en el comprado”, asegura Regueira. Además, se quieren aprovechar los productos locales característicos para promover que se trabaje con ellos en los fogones y así “el pan sea pan de Carballo (no pan industrial ni baguette) y que la patata que se venda en esos establecimientos sea de calidad de la zona, ya que tenemos patata de Coristanco”.
“Los locales de hostelería que pretendan entrar dentro de la marca no solo tendrán que cumplir una serie de estándares de calidad”, explica Regueira. Otro de los objetivos es visibilizar los valores del territorio, como los elementos patrimoniales en relación a la artesanía de cercanía —el encaje de Camariñas o la cerámica de Buño, por ejemplo—. La intención es que la hostelería sirva para vender platos “de mucha calidad” al mismo tiempo que contribuya a la creación de un conjunto turístico global y así sea “una parte fundamental para vender el territorio”, como suele suceder en otros enclaves.
Se trata de 18 actuaciones distribuidas en cuatro ejes, igual que acontece en los Planes elaborados para las Fragas do Eume, la Vía Verde Compostela-Tambre-Lengüelle y el Xeoparque de Cabo Ortegal: transición verde y sostenible, mejora de eficiencia energética, transición digital y competitividad. Como acciones dirigidas a potenciar la cocina propia y el sector de la restauración, se crearán un recetario online y códigos QR con información sobre gastronomía local y modelos de realidad aumentada sobre la elaboración de los platos más representativos —dentro de las acciones dirigidas a la transición digital—; y se apoyará un embellecimiento de los restaurantes con la adecuación de su fachada y escaparate al léxico arquitectónico y decorativo del entorno y su interior —como parte de los procedimientos dirigidos a la competitividad—.
Recuperación del ecosistema
La otra cara del plan diseñado para el río Anllóns está centrada en la preservación del entorno natural, contribuyendo a un gozo sostenible de los espacios y a un impacto positivo dentro de la ciudadanía. Se trabajará en la recuperación del ecosistema de la barra del río Anllóns para mejorar las condiciones del marisqueo, con destacada importancia ambiental e importante fuente de ingresos para la comunidad local. Desde la Deputación quisieron elaborar “un proyecto que quisiera abrir el río a la sociedad” a través de la recuperación de los caminos de pescadores para que la gente pueda pasear o andar en bicicleta a lo largo del camino paralelo a la corriente, otra de las acciones contempladas.
Se introducirán, además, elementos de transformación digital como sensores para la gestión de alertas tempranas de inundaciones y la medición de la calidad del agua y así poder detectar un vertido o incidente, o bien localizado en un punto o bien extendido a toda a la corriente. El objetivo es que, a partir de esa sensorización, mediante paneles la gente pueda conocer el estado de la calidad de las aguas y saber se actuar el antes posible.
“El turismo no tiene sentido si no mejora la calidad de vida y las oportunidades de la población local»
XOSÉ REGUEIRA, vicepresidente de la Deputación da Coruña
Señala Regueira que su deseo es que el proyecto sirva para “educar las generaciones de escolares que están ahora mismo cursando los estudios nos sus coles” y, en consecuencia, la población conozca los códigos que tiene ahora el río debido a la industrialización y las actividades agrícolas que se emplean para los cultivos. “El turismo no tiene sentido si no mejora la calidad de vida y las oportunidades de la población local. Si no valle para eso, no valle para nada”, señala el diputado de Turismo.
