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En los años veinte del pasado siglo, se irguió en la orilla del río Tambre un monumento industrial único. Es una central hidroeléctrica que tiene aires de pazo o de catedral, en un portentoso edificio diseñado en 1924 por el arquitecto Antonio Palacios, autor de obras como el Círculo de Bellas Artes o el Palacio de las Comunicaciones de Madrid, el Teatro García Barbón de Vigo, el ayuntamiento de su Porriño natal o el Templo Votivo del Mar en Panxón (Nigrán).
La central hidroeléctrica se abastece del embalse de Barrié de la Maza sobre el río Tambre y fue promovida por la Sociedad Gallega de Electricidad. De hecho, está considerado el primer aprovechamiento industrial de Galicia destinado la grandes consumos. El resultado, frente a las grandes presas que han producido un inmenso impacto ambiental en ríos como el Miño o el Sil, es una integración en el paisaje de una manera muy alejada de la posterior tradición de los saltos hidroeléctricos construidos durante el llamado ‘desarrollismo’. Por desgracia, si el río Tambre fue en tiempos rico en lampreas y salmones, la construcción del embalse terminó con esta fauna fluvial.
Actualmente, junto a la central eléctrica hay un pequeño hotel con encanto. Y existen diferentes rutas, que incluyen un puente colgante y el paso por diferentes ruinas de viejos molinos e instalaciones eléctricas. Por desgracia, la masiva presencia de plantaciones de eucalipto afea un espacio natural que, en otros tramos, presenta una vegetación más atractiva.
Siguiendo el río Tambre hacia su desembocadura en la ría de Muros y Noia, encontraremos el espectacular Ponte Nafonso, con sus bien trazados tajamares y que tiene su origen en la Edad Media.
Como anécdota, la etimología del Tambre viene de la raí celta indoeuropea ‘ Tam’, que también encontramos en otros ríos como el Támega, en Galicia, o el Támesis, el río que baña la ciudad de Londres. Y una segunda curiosidad es que el río Tambre da nombre al condado de Trastámara (Trans Tameris). Y los Trastámara fueron una casa real tan importante como que a ella perteneció la reina Isabel La Católica y su hija Juana, hasta que con Carlos I comenzó la dinastía de los Austrias.
