viernes 29 marzo 2024

Menstruación, cada una con su regla

Del poder purificador en la Antigüedad hasta el estigma en las sociedades patriarcales, las creencias del período siguen llegando a las consultas de ginecología

No hagas deporte, no te bañes en agua fría, no toques las plantas que se secan y cuidado con los tampones que puedes perder la virginidad. Éstas son solo algunas de las creencias indisociables de la menstruación, el proceso ginecológico que se produce en la mujer cada mes de forma cíclica entre la primera regla, la menarquia, a los 10 u 11 años, hasta la menopausia entre los 45 y los 55. Creencias que existen desde la Antigüedad aunque no siempre han sido las mismas, asegura Cristina González Cea, profesora asociada de Ginecología en la Universidad de Santiago de Compostela (USC).

«En las sociedades matriarcales, por ejemplo, que estaban muy unidas a la naturaleza, la menstruación otorgaba a la mujer un cierto poder sagrado y de purificación. En el Antiguo Egipto existen papiros ginecológicos que hablan de purificación igual a menstruación. Los Mayas también la utilizaban en sus cultivos para mejorar la fertilidad. Pero en las sociedades patriarcales de la Edad Media, la mujer menstruando acababa siendo estigmatizada y relacionada incluso con lo demoníaco. Durante el período, las mujeres no podían acercarse a las zonas de cultivo, ni tocar el vino u ordeñar las vacas para no estropear la leche y la mantequilla. Las mujeres tampoco podían mantener relaciones sexuales con sus parejas por miedo a que ellos enfermaran y llegaran incluso a morir. Es decir, la Iglesia en ese momento y la tradición judío-cristiana estigmatizaban a la mujer por el hecho de estar menstruando», nos explica la ginecóloga.

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Un cambio fisiológico lleno de ideas injustificadas

Pero hasta a la consulta de González Cea siguen llegando aún hoy muchas de esas viejas creencias y una de las más frecuentes, asegura, es la de bañarse o asearse. «Es cierto que bañarse con agua fría puede producir una vasoconstricción que, solo en algunos casos, provoca un cese temporal del sangrado pero, en ningún caso, se trata de un cese completo. Esto también puede ser resultado de bañarse sin tampón porque el agua que entra en la vagina haciendo presión en la sangre disminuye el flujo durante unas horas hasta volver a iniciarse sin problema», afirma Cea quien también advierte de la necesidad de una higiene más intensa justamente en esos días por la importante proliferación de bacterias que hay en la sangre menstrual.

La higiene más intensa es necesaria durante los días de regla por la proliferación de bacterias en la sangre menstrual

«El mito más raro del que me han hablado en mi consulta, tanto mujeres jóvenes como más mayores, es que la mayonesa se corta si la mujer está menstruando o que no puede tocar las plantas por si se secan. Me sorprende que son siempre creencias relacionadas con las costumbres y la vida cotidiana de las mujeres«, asegura la ginecóloga del Hospital Clínico Universitario de Santiago (CHUS).

El período y nuestra sexualidad

Poder mantener relaciones sexuales durante la menstruación es otra de las grandes preguntas a las que González Cea responde a sus pacientes en la consulta. Una creencia sin justificación científica que puede suponer todo lo contrario, explica: «Muchas mujeres experimentan muchísimo más placer durante la regla por el cambio hormonal que viven en esos días».

Pero González Cea advierte sobre los peligros de otro mito: mantener relaciones sexuales durante la menstruación como método anticonceptivo. «Eso no tiene ninguna justificación científica. La mujer puede quedarse embarazada durante los días de la regla porque, aunque se trate de expulsar el tejido menstrual cuando no hay gestación, hay mujeres que pueden ovular incluso menstruando. Esa capacidad que tienen los ovarios de hacer a veces cosas raras o extraordinarias no puede ser un motivo para no tener precauciones como cuando se quiere evitar normalmente un embarazo», afirma.

Los síntomas no pueden limitar la vida cotidiana de las mujeres

El dolor forma parte del abanico de posibles síntomas de la menstruación. El aumento de prostaglandinas, las sustancias que favorecen las contracciones uterinas para expulsar la sangre hacia el exterior, provoca un sufrimiento que puede llegar, en algunos casos, a incapacitar a las mujeres y limitar su vida diaria.

As contraccións uterinas poden provocar un sufrimento incapacitante para as mulleres

«Un dolor moderado que se controla con analgésicos podemos considerarlo como algo tolerable y normal pero cuando ese dolor persiste a pesar de los tratamientos, entonces hay que acudir a un especialista para valorar la situación con una exploración adecuada, como una ecografía vaginal. Sobre todo porque no podemos confundir ese dolor con el provocado por patologías relacionadas con la menstruación que incrementan de manera muy importante el sufrimiento. Hablo, por ejemplo, de la endometriosis que es la implantación del tejido menstrual fuera de la cavidad uterina y que aún siendo una enfermedad benigna, puede llegar a producir complicaciones graves sobre todo a nivel reproductivo para la mujer”, advierte González Cea.

Las náuseas, los vómitos, las cefaleas o los cambios emocionales importantes pueden ser otras de las alteraciones provocadas por el período y señaladas por la ginecóloga a la hora de evaluar si se debe visitar a un médico. “Cualquier síntoma o alteración que comprometa la calidad de vida de una mujer debe ser siempre valorada”, afirma.

Un ciclo natural propio de cada mujer

Para finalizar, Cristina González Cea nos recuerda que una menstruación de entre cinco y siete días con una pérdida de sangre de entre 50 y 70 mililitros es lo más normal pero cada mujer, asegura, es distinta por sus características como los partos que ya tuvo, por ejemplo, o patologías en el útero como los miomas o los pólipos que aumentan el flujo menstrual.

«La menstruación no es más que un hecho fisiológico y biológico que también viven otros muchos mamíferos y, salvo ese poder sagrado que se le otorgaba a la mujer y con el que me gustaría quedarme, forma parte del ciclo reproductivo vital. Como el ciclo de la luna de 29 días, la mujer también menstrúa cada mes y por eso creo que, posiblemente, la regla está mucho más relacionada con la naturaleza que con tradiciones religiosas y patriarcales», concluye la ginecóloga.

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