Ejercicio en casa sin metas milagrosas

Hacer deporte en el hogar es buena idea para mantener la forma, pero es necesario cuidarse de los resultados extraordinarios que prometen las redes sociales

Reducir la inactividad física en un 10% en 2025 y en un 30% para 2030. Estos son los objetivos del plan que la Organización Mundial de la Salud lanzó a finales del año 2020, en plena pandemia de la covid-19, con nuevas directrices para luchar contra los hábitos sedentarios y sus efectos nocivos. De hecho, según las últimas estadísticas de la organización, uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco adolescentes no hacen el ejercicio suficiente para mantenerse en forma. En los países más desarrollados económicamente, asegura el informe, el nivel de inactividad puede llegar al 70%. 

“A medida que pasan los años, con un nivel de actividad física muy bajo, el cuerpo se atrofia y no está preparado para determinadas demandas del día a día. Una musculatura que no está preparada hace que podamos sufrir una torcedura de tobillo fácilmente si tropezamos por la calle, por ejemplo. La musculatura se atrofia y nuestra calidad de vida también va mermando a nivel cardiovascular. Con nuestros ejercicios tenemos que generar intensidad y demandas a nivel cardíaco y pulmonar para poder llevar a cabo actividades del día a día como subir escaleras”, explica Cristian Abelairas, profesor de Educación Física en la Universidad de Santiago de Compostela

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Entrenar con sentido común 

Hacer ejercicio en casa cobró mucho protagonismo durante los meses de confinamiento por la pandemia de la covid-19. Los gimnasios fueron rápidamente desbancados por las plataformas digitales y las redes sociales donde cientos de cuentas, convertidas ya hoy en tendencia, proponen entrenamientos y consejos de todo tipo para realizar actividad física sin salir del domicilio. 

Una buena idea para la OMS que asegura en su plan de reducción de la inactividad física que cualquier movimiento es bueno para mejorar nuestra salud, sea en el transporte, en el trabajo, en el ocio o en casa, incluso cuando realizamos las tareas domésticas. 

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Cristian Abeleiras, en un pabellón de la USC.

Pero las redes sociales tienen sus riesgos y Cristian Abelairas nos recuerda que debemos informarnos bien sobre la persona responsable de la cuenta que escogemos y conocer cuál es su titulación. “En las redes sociales podemos encontrar de todo, cosas buenas y cosas no tan buenas. Lo que tenemos que hacer es tener sentido común y ser conscientes de nuestros límites. Haciendo ejercicio en casa sí es posible mantener nuestro cuerpo en forma pero no a cualquier precio”, advierte. 

Metas inalcanzables 

Entre los consejos que nos ofrece el profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de la USC, están no olvidar calentar al principio y estirar al final de los ejercicios, prestar atención a determinadas molestias que pueden acabar complicándose con el tiempo y, sobre todo, dirigirnos a un profesional si lo necesitamos como guía. Abelairas alerta también sobre los resultados milagrosos que prometen algunos en las redes, como una pérdida de peso importante o conseguir un cuerpo sin grasa en un tiempo muy reducido, de manera localizada y repitiendo siempre el mismo movimiento. 

El adelgazamiento localizado no existe, eso es un mito. Yo puedo hacer un ejercicio y repetirlo mil veces y eso no va a hacer que mi grasa abdominal, por ejemplo, descienda. Lo que tenemos que hacer en este caso es reducir la grasa general realizando toda una serie de ejercicios. Pero por muchos abdonimales que haga, mi grasa no va a desaparecer solo por ese movimiento. En las redes sociales también hay cuentas de profesionales que desmitifican muchas cosas y eso también es una de las utilidades de las redes”, asegura Abelairas. 

Por un mundo más activo y menos sedentario 

La Organización Mundial de la Salud resalta en su informe que cada año se podrían evitar hasta cinco millones de muertes si la población mundial fuera más activa. Según las recomendaciones vigentes, un adulto debe realizar al menos dos horas y media de actividad física moderada cada semana, los niños y adolescentes una hora al día y los mayores de sesenta y cinco años tienen que realizar además actividades que refuercen el equilibrio, la coordinación y los músculos. La OMS hace hincapié en que todas las personas, independientemente de su edad y de sus capacidades, pueden ser físicamente activas y que cada movimiento cuenta para mejorar la salud. 

Cristian Abelairas añade a las recomendaciones de la OMS la necesidad de políticas que ayuden a alcanzar los objetivos de la organización. “Con dos horas de educación física en los colegios es muy difícil que la gente integre la disciplina de hacer ejercicio”, insiste. 

Y frente a la inmediatez de resultados propuesta en las redes, Abelairas prefiere hablar de un modo de vida saludable donde alimentación y ejercicio van de la mano. 

“¿Hago ejercicio o hago una dieta para perder peso? Eso no es sostenible en el tiempo. Tú tienes que hacer ejercicio porque te gusta o porque consideras que es saludable para ti y tú tienes que tener una dieta saludable porque consideras que es bueno para ti. La idea es crear un contínuum saludable en cuanto a la alimentación y al ejercicio físico. ¿En casa se puede conseguir? Por supuesto, pero tenemos que saber si somos capaces de conseguirlo por nosotros mismos”, finaliza el profesor de la USC.

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