viernes 29 marzo 2024

Consenso, ¿de la monarquía a la criptocracia?

La monarquía es etimológicamente el gobierno de uno. Pero la criptocracia, ¿qué es la criptocracia?

Tras la primera entrega de Consenso Blockchain, hoy con música enérgica, made in Galicia y con el mejo título para un blog del mundo cripto. Vamos a usar el título y la letra cargada de dobles sentidos, para darle una vuelta a cómo intercambiamos dinero.

Todo, todo es mentira
Como siempre has sugerido
Todo, todo es mentira
Como siempre has sugerido

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[…]

Arréglame, arréglame, arréglame…

Lo gracioso de las letras tan abiertas es que permiten aplicarlas a lo que cada uno quiera. Si nos fijamos en el título, quizá están hablando de la monarquía española, otrora indiscutida y actualmente necesitada de un ”arreglo”. Si lo aplicamos a este blog, podríamos pensar en el sistema bancario, que con cuentas poco claras tuvo que ser rescatado en 2008. O, tal y como sugiere el resto de la letra, habla simplemente de una relación tormentosa. O puede que sea todo a la vez…

La monarquía es etimológicamente el gobierno de uno. Pero la criptocracia, ¿qué es la criptocracia? Etimológicamente sería el poder secreto, así algunas teorías de la conspiración lo usan como sinónimo de gobierno en la sombra. Pero aquí preferimos interpretar el término como el poder de las criptomonedas y del “mundo cripto”. ¿Pasaremos de la monarquía a la criptocracia?

Los “maximalistas” de blockchain responderán afirmativamente sin dudar, los descreídos de blockchain incluso se reirán con la pregunta pensando en un rotundo no. Pero los inteligentes lectores de este blog, y yo mismo, tenemos más dudas que certezas. Y aunque seguramente pensamos que es más probable que todo siga parecido a como está, también intuimos un escenario futuro con blockchain como un actor con cierta influencia y poder en nuestras sociedades.

Estamos viviendo una pandemia mundial, que si algo tiene de diferente con respecto a otras de la historia de la humanidad son los avances de la ciencia médica y la tecnología de la información y la comunicación. Esto nos permite a muchos trabajar desde casa, comunicarnos con la familia, divertirnos con todo tipo de contenidos, jugar a videojuegos con los amigos o incluso producir y distribuir nuestro propio contenido, como este blog. ¡Sin salir de casa! Es algo que tenemos muy normalizado, pero la revolución digital ha sido algo que ha cambiado nuestra vida y nuestro mundo.

El intercambio de valor, algo de lo que hablaremos en profundidad en próximas publicaciones, todavía no ha vivido su revolución. Blockchain amenaza con serla. Si disponemos de una forma de intercambiar valor sin casi intermediarios, a nivel global, de forma inmediata y barata. Podríamos pensar que lo que pasó con la información digitalizada pueda pasar con el valor digitalizado.

Hace unos días descubrieron otra cuenta opaca del Rey Emérito de España en Jersey con 10 millones de euros. Recientemente también hemos sabido que los mayores bancos del mundo han facilitado durante décadas el blanqueo de dinero negro. Ambas cosas suceden porque intercambiar dinero (una forma de valor) de forma oculta e internacional es difícil, costoso y además ilegal. Pero blockchain abre ante nosotros esa y muchas otras posibilidades. El sistema tendrá que prepararse para ellas, como ya lo hizo para el intercambio de información. Que al principio se asociaba a cosas ilegales, como Napster, y que hoy es parte común de nuestro día a día, como Spotify o Youtube.

Si internet y los ordenadores hicieron más eficiente la transmisión de información. Blockchain puede ser quien haga más eficiente la transmisión de valor. ¿Será esta la criptocracia?

Blockchain, la tecnología para que no mande nadie

Ponte en situación. Vas todos los días al bar de siempre a tomar tu café. Como es un incordio esperar a pagar, andar cambiando billetes, recogiendo las vueltas… Acuerdas con tu camarero abrir una cuenta, tu pones 100€ y en el bar te van restando las consumiciones y cuando te quedes a cero, vuelta a empezar. ¿Ves algún problema? Se me ocurren dos. Que pueda haber anotaciones que no reflejen las consumiciones verdaderas o que se pierda la libreta de cuentas.

Esa cuenta del bar, no es muy distinta de la cuenta bancaria. El banco anota tus entradas y salidas de dinero. Antes lo hacía en libretas y hoy en bases de datos, pero al final son anotaciones en analógico o en digital. La confianza en que harán bien las anotaciones viene de las regulaciones y la vigilancia de otras entidades, y la custodia de las anotaciones hoy en día está asegurada con las copias de seguridad automatizadas. Pero… al final el banco manda. Decide si te concede el préstamo, si pagas por la transferencia, o en casos más extremos, puede restringir el acceso a tu dinero o incluso embargarlo. Por no entrar en que los bancos centrales deciden el tipo de interés del préstamo (el euribor en Europa) y la cantidad de dinero que circula. Pero en esto último entramos a fondo la semana que viene.

Bitcoin, la primera blockchain, hace que no sea necesario ni intermediario (banco) ni entidad central de control de la moneda (banco central). En lugar de que el banco guarde el libro de cuentas, bitcoin reparte copias idénticas del libro de cuentas por miles de ordenadores del mundo. Para que existan personas dispuestas a gastar lo necesario para poner su ordenador en la red de bitcoin, se llevan algunos bitcoins de propina que salen de generar nuevos bitcoins y de las comisiones cobradas en cada transacción. Así descentralizan la contabilidad de las cuentas bancarias.

La parte técnicamente más complicada es cómo guardar las nuevas transacciones. Ahí entra la maravilla de la propuesta de Satoshi Nakamoto, el pseudónimo del o de los creadores de bitcoin. Cada diez minutos, aproximadamente, los ordenadores de la red bitcoin van escribiendo las transacciones en una página temporal del libro contable. Como es posible que no todos los ordenadores tengan las mismas transacciones en la página temporal de los últimos diez minutos, al terminar ese tiempo, se produce la magia. Se aplica un algoritmo de consenso, que mediante una prueba de trabajo, determina cual será la página temporal que se tomará como definitiva, así todos los ordenadores utilizarán esa página y no la suya, como página definitiva. De esta forma, el libro contable es único para todos los ordenadores y el algoritmo de consenso permite que las nuevas transacciones se incorporen.

Esas páginas del libro contable, se llaman bloques. Y están encadenadas entre sí por una especie de firma digital llamada hash. De ahí que se le llame cadena de bloques, o blockchain. No deja de ser una forma de almacenar información, pero sin mando único. Gracias al algoritmo de consenso, muchos ordenadores pueden trabajar conjuntamente sin necesidad de confiar entre ellos.

La criptografía nunca ha sido sencilla de entender y esta innovación, todavía menos. Ni siquiera muchos forofos de blockchain conocen a fondo los detalles de funcionamiento. Pero no se puede escribir sobre blockchain sin intentar explicar como funciona. Y bueno, al menos ahora ya sabes el motivo del nombre del blog.

¡Seguimos la semana que viene!


Aquí puedes leer la primera entrada de Consenso Blockchain:

Consenso, la fiesta del blockchain

Isaac González
Isaac González
Isaac González é enxeñeiro informático, profesor e investigador na USC. Realiza a súa tese de doutoramento arredor da tecnoloxía blockchain

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