Qué miras bobo? Esa es la curiosa inscripción que decora uno de los medallóns de una piedra del monasterio de Samos. Se puede ver paseando por el claustro gótico, construido sobre lo anterior de estilo románico, que fue destruido por un incendio a mediados del siglo XVI. En la web del monasterio hacen referencia al llamativo grabado como buen ejemplo de la «picaresca medieval«. Las letras rojas hacen que la inscripción, escrita «en forma xeroglífica», sea aún más atractiva a ojos del lector. Al parecer, esta frase humorística es atribuida a Pedro Rodrígues, un maestro cantero monfortino que se encargó de llevar a cabo las obras de la reconstrucción del claustro entre 1562 y 1582.
La inscripción es uno de los hallados más curiosos del también llamado claustro de las Nereidas, de planta cuadrada y con una piedra muy trabajada. En el tramo de bóveda situado ante la porta del refectorio se confirma la fecha de comienzo y final de la reconstrucción, así como el nombre del maestro de obras encargado de los trabajos. Desde el monasterio especifican que estos datos sólo se corresponden con la planta baja y que el nombre del pícaro arquitecto es lo del «Pedro Rodrigues natural de Monforte», tal y como aparece inscrito en la piedra del claustro. Su variada y trabajada ornamentación contrasta con el claustro de Feijoo, más austero.
Un importante complejo monástico
El monasterio está situado junto al río Sarria y suele llamar la atención de los visitantes por sus amplias dimensiones. A pesar de que desde fuera proyecta una imagen de austeridad, esto contrasta con sus claustros, construidos en piedra de granito. Mas específicamente con el claustro gótico, donde aparece la curiosa inscripción de Qué miras bobo. En el que respeta al origen del nombre, es de ascendencia visigoda. Durante siglos fue conocido como Mosteiro de Sámanos pero con el paso del tiempo fue reducido a Samos, como es conocido actualmente. Además, es el monasterio habitado más antiguo de España, segund afirman en su página.
Los monjes del monasterio son benedictinos y no se sabe con certeza en que momento pasaron a ser designados cómo tal. Se estima que pudo ser la mediados del siglo X. Otra de las aproximaciones temporales es que, por una lápida, se sabe que la mediados del siglo VII el obispo de Lugo, Ermefredo, restaura el monasterio. Más allá de su importancia histórica y actual y de su huella en el arte, con diferentes estilos entre los que se incluyen el románico y el gótico, el monasterio de Samos encuentra un hueco en la historia de la picaresca medieval. El humor del maestro cantero sobrevivió al paso del tiempo y la inscripción geroglífica se conserva intacta. Qué miras bobo?, te preguntará Pedro Rodrígues si paseas por el claustro. Es una forma de avisarte de que disfrutes bien de la visita y no te distraigas con tanta facilidad.