Son muchas variables en juego para poder hacer un diagnóstico claro y preciso. Los factores climatológicos – bastante reseñables este año -, forestales, sociales y económicos de los incendios en Galicia confluyen en un problema para que el no se encuentra solución. Sin embargo, hay cifras y mapas que pueden, al menos, ayudar a comprender el estado de la cuestión. Estos ocho mapas y gráficos pueden ser un punto de partida para un análisis sosegado.
1. Las parroquias con alta actividad incendiaria
El Pladiga (Plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia) de este año identifica 73 parroquias (división administrativa inferior al ayuntamiento) con alta actividad incendiaria (PAAI), repartidas en 46 ayuntamientos, en base a dos criterios: el número de incendios reiterados y la virulencia de los fuegos. En las PAAI se debe llevar a cabo, segundo dicta el Pladiga, un seguimiento exhaustivo y medidas extraordinarias de prevención y vigilancia.
La relación completa puede consultarse en la página 96 en el Pladiga, en el siguiente enlace.
2. La despoblación
Otra de las causas a las que se alude para intentar explicar los incendios es el grado de despoblación de la zona rural gallega debido al envejecimiento demográfico y la emigración a otras zonas urbanas, con consiguiente abandono de los montes y pastos. Para establecer criterios estándar que explicasen la demografía a nivel europeo, la UE creó, entre otras variables, una clasificación que mide el grado de urbanización del territorio. Así, existen zonas densamente pobladas, zonas intermedias y zonas poco pobladas. Se establecen también subcategorías para cada una de estas zonas, con el fin de acotar la realidad de cada parroquia. El Instituto Gallego de Estadística publica de forma periódica esta radiografía parroquial del territorio gallego:
3. Riesgo de ignición forestal
Hace unos meses, GCiencia recogía una información sobre una investigación del geógrafo gallego Alejandro Gómez Pazo. Como parte de su trabajo de fin de máster en la universidad de Alcalá de Henares, desarrolló un mapa con un modelo de riesgo de ignición forestal en Galicia. Tenía en cuenta factores climatológicos, naturales y humanos. Es destacable el nivel de coincidencia del modelo con las zonas afectadas por la ola de fuegos de mediados de octubre.
4. Eucaliptos, pinos, robles
La relación entre las zonas más afectadas por el fuego y el tipo de especies arboladas presentes en Galicia también muestra datos interesantes. El eucalipto (Eucalyptus globulus), muy criticado por una parte de la sociedad gallega, ocupa la franja atlántica del territorio, con una destacada presencia en la Mariña de Lugo, donde hay constancia de pocos incendios importantes en los últimos años. El pino (Pinus pinaster) se distribuye de forma más homóxenea, mientras que el roble (Quercus robur) crece a medida que nos acercamos a la zona oriental de Lugo y Ourense, la más montañosa de Galicia.
Hay que tener en cuenta también una variable que no aparece en el mapa: la superficie de monte raso.
5. Lo que ardió en 2017
Los sensores del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea ofrecieron estos días una imagen aproximada, aunque no exacta, de los fuegos que afectaron al noroeste de la Península. Su visor también permite ver los incendios que tuvieron lugar en un determinado territorio a lo largo de todo el año. Esta es la panorámica sobre Galicia, en la zona en la que se localizaron los grandes incendios de 2017.
6. El territorio protegido
Existe un intenso debate sobre la relación entre los fuegos y la necesidad de ampliar las zonas protegidas en el país. Galicia tiene un porcentaje del territorio en Red Natura (12%) sensiblemente inferior al conjunto de España (27%). Y aun así, varios emblemas de estas zonas protegidas fueron pasto de las llamas en los últimos años: O Xurés, Ancares, O Courel, las Fragas do Eume, el Monte Pindo o Corrubedo sufrieron el fuego, en mayor o menor medida.
7. Incendios, hectáreas, monte raso, monte arbolado
Al analizar el problema, sebastante de hectáreas quemadas, superficies arboladas y tipos de especies. Pero hace falta también prestar atención a más aspectos. Además, la Xunta no informa a los medios de comunicación de los incendios inferiores a 20 hectáreas, aunque la cifra total de cada año sí aparece en el Pladiga. En este plan también se muestra el promedio de superficie quemada por fuego y la relación entre la cantidad de zonas rasas y arboladas que arden en los últimos decenios.
Llama a la atención que en los últimos 30 años, sólo en una ocasión ardió más monte arbolado que raso. Fue otro año infausto: el 2006. Y otro dato para destacar: menos del 4% de los fuegos contabilizados superan las 25 hectáreas. Es decir, sólo se informa públicamente de menos del 4% de los fuegos que se registran en Galicia.
8. Así es la superficie arbolada gallega
Las zonas de pino, el árbol que más arde, junto al eucalipto, ocupan un 39% de la superficie forestal arbolada en Galicia, siempre según datos del Pladiga. Los siguen, como se puede ver en el gráfico bajo estas líneas, el propio eucalipto, los robledales, los rebollares y los castañares.
Non se ven os cadros de imaxe