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«Cuanto más sabemos, más podemos proteger y conservar«.
Efraín Mercado, vicepresidente de la UIS ( International Union of Speleology)
En Galicia se pueden visitar cavidades kársticas, parakársticas y pseudokársticas. Las más conocidas, las kársticas, se originaron a partir de rocas calizas que muy lentamente han ido disolviéndose por la acción del agua. Las pseudokársticas, no obstante, están originadas por procesos diferentes al de la disolución, como tectónicos, sísmicos y otros relacionados con la alteración y erosión de la propia roca.
Estos mecanismos aparentemente sencillos, implican en realidad procesos geológicos, químicos y biológicos muy complejos y de gran energía, que dan como resultado ecosistemas subterráneos únicos.
Esta es la razón por la que en el interior de las cuevas se esconden numerosos elementos que son parte de la geodiversidad del territorio y dan soporte y protección a una biodiversidad subterránea singular muy rica, y que es relativamente desconocida para la mayoría de la gente.
La difusión del conocimiento sobre cada uno de estos elementos únicos e irrepetibles, y sobre su importancia, son la base fundamental para garantizar una protección efectiva de los mismos, y así lo explica el espeleólogo Marcos Vaqueiro, Auditor Observer y director del curso “Guía Observer® en Espeleología” que los días 15 y 16 de febrero impartirá en Mondoñedo (Lugo).
El curso, de 15 horas de duración, ofrece formación para espeleólogos y guías turísticos ya especializados que quieran ampliar conocimientos para divulgar más eficazmente el patrimonio de las cuevas gallegas. Como explica Marcos: “Se debe formar en la importancia de la conservación para ofrecer información de carácter divulgativo que ayude a comprender, y así valorar, toda la riqueza que habita bajo nuestros pies. Hablar de la conservación de las cuevas es mucho más complejo de lo que podemos imaginar”.
En referencia a esto último, cabe resaltar que los distintos tipos de impactos observados en las cuevas o las técnicas empleadas para su restauración son de muchas clases, no obstante, la percepción de los daños y el coste de la recuperación, aunque llaman la atención y sensibilizan a los espeleólogos (en la mayoría de los casos ya sensibilizados), no necesariamente contribuyen a que los visitantes ocasionales los minimicen ni a que las personas ajenas al colectivo espeleológico contribuyan a su protección.
Las cuevas son un medio en el que cada vez se pueden encontrar más tipos diferentes de visitantes: espeleólogos, investigadores científicos, turistas ocasionales, participantes en actividades de turismo científico, de turismo deportivo o de deporte-aventura, y muchos de ellos con poco conocimiento para acceder a las cuevas impactando el menos posible. Es por esto que desde la IUS (International Union of Speleology), conscientes de este defecto que en mayor o menor medida afecta a casi todos los países, quieren incidir en hacer más y mejor trabajo divulgativo.
Proponen para 2021, Año Internacional de las Cuevas, tres líneas de acción que implican aumentar, compartir, y promover el conocimiento sobre las cuevas y el karst, centrándose en aspectos relacionados con el turismo y en la búsqueda de modelos turísticos respetuosos como el turismo científico. En esta línea va también la Federación Gallega de Espeleología, al colaborar en el curso de Guía Espeleológco Observer® y contribuir a la mejora de la formación en divulgación científica de sus federados. Como recalca Marcos Vaqueiro, “tenemos que quedarnos con la idea: no se protege lo que no se valora, y no se valora lo que no se conoce… Enseña a valorar: comparte conocimiento y promueve”.
Para consultar el programa y contenidos del curso de Guía espeleológico Observer®, puedes visitar este enlace.
Bibliografía: M. Vaqueiro-Rodríguez: El valor oculto de las cuevas: Geodiversidad, Biodiversidad, Patrimonio Geológico y Cultural (2020). Disponible en cetra.es.
