Un virus desconocido detectado en China. Tan sólo seis palabras, una sola frase, que inevitablemente recuerdan a los comienzos de 2020. Pero cinco años después no se está aludiendo al SARS-CoV-2, sino al patógeno Xue-Cheng (XCV). Las responsables del contagio son las garrapatas infectadas y, en concreto, dos especies: Haemaphysalis concinna y Haemaphysalis japonica. La primera, tal como confirma la investigadora Rita Sánchez-Andrade, ya está presente en el norte de España. Concretamente, en Asturias y Cantabria. “En Galicia no la encontramos pero eso no significa que no esté aquí”, advierte.
La profesora de Zoonosis y Salud Pública de la Universidad de Santiago (USC) alude al informe de 2023, el último disponible, del Proyecto GARES; una iniciativa del Ministerio de Sanidad para vigilar las especies de garrapatas que pueden actuar como vectores de enfermedades como, por ejemplo, Lyme y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. El equipo participante analizó 8.184 garraptas de 19 especies diferentes a lo largo de 2023. De Haemaphysalis concinna se detectaron dos ejemplares en Asturias en la vegetación y 31 en Cantabria en animales. No hubo ningún registro de la segunda especie transmisora de Xue-Cheng, Haemaphysalis japonica.
Está el vector pero no el virus
Uno de los principales vectores del nuevo virus chino está muy cerca de Galicia, pero para transmitir la enfermedad tiene que circular el patógeno. “No está descrito en España”, incide Sánchez-Andrade. A esto se suman las palabras del catedrático de Microbiología Raúl Rivas, de la Universidad de Salamanca: “El riesgo cero nunca existe pero por lo que sabemos hasta ahora es bajo”. Además, Xue-Cheng acaba de ser descubierto y apenas hay literatura científica al respeto. Rivas cree que hay que tomar la noticia con “suma precaución”, pero que aún no se conocen datos de extraordinaria relevancia, como su tasa de letalidad.
El virus se descubrió en una ciudad del noreste de China, en Mudanjiang. Se comenzó a investigar cuál era la enfermedad detrás de las manifestaciones clínicas de 26 pacientes que habían sido picados por garrapatas. La sintomatología fue desde fiebre aguda hasta ingreso hospitalario por enfermedad grave. A raíz de esto se tomaron muestras de suero de 252 pacientes que habían presentado fiebre entre mayo y julio de 2023, y tras su secuenciación detectaron el virus Xue-Cheng. El nuevo patógeno pertenece al género Orthonairovirus, el mismo que el de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo que se detectó por primera vez en Galicia en 2024 en animales de granja.
Llegará Xue-Cheng a Europa?
En lo que respeta a las probabilidades de que el patógeno salte a Europa, España y, concretamente, a Galicia, son remotas pero no imposibles. “La covid salió de China y llegó a todas partes. Los movimientos de las personas, de los animales y de los transportes pueden hacer que el virus circule… o no. No tenemos la seguridad”, apunta Sánchez-Andrade. En comparación con el virus de Crimea-Congo, la hipótesis es que llegó a Galicia desde África a través de aves migratorias con garrapatas infectadas. “Tienen una parada aquí. Desde China es mucho más difícil”, sostiene la investigadora de la USC, miembro de la Red Gallega de Vigilancia de Vectores (ReGaViVec).
Otro factor que podría contribuir a la expansión del virus, y en el que concuerdan Rivas y Sánchez-Andrade, es el cambio climático. “Facilita la expansión de algunas especies en entornos en las que antes no eran viables. Hay un conjunto de factores que tal vez no existían hace algunas décadas y por eso es preciso tomar medidas preventivas de vigilancia activa“, subraya el microbiólogo. De hecho, la especie Hyalomma marginatum que transmite el virus de Crimea-Congo no se detectó en Galicia hasta el 2019. Una de las hipótesis de ReGaViVec sobre su llegada está, precisamente, en el cambio de las condiciones climáticas, más favorables para la especie.
Transmisora de más de una veintena de patógenos
A garrapta Haemaphysalis concinna en China transmite, por lo menos, 22 patógenos diferentes. Entre ellas Borrelia garinni, una de las tres especies de bacteria que transmiten la enfermedad de Lyme. “Representa una amenaza significativa para la salud humana y animal”, subraya Rivas. Además de esto, la garrapata puede infestar la más de 100 especies hospedadoras: los ejemplares adultos a animales silvestres y de granja y las larvas y ninfas a pequeños roedores, pájaros y reptiles. En el caso de los humanos, pueden ser atacados por la garrapara en cualquiera de sus estados, según amplía Rivas en un artículo publicado en The Conversation del que se hizo eco GCiencia.
El microbiólogo mantiene la precaución e insiste en que el riesgo cero nunca existe, por lo que es más importante que nunca una vigilancia de los vectores. Un trabajo que, en Galicia, lleva a cabo ReGaViVec. “Es muy probable que muchas de las garrapatas que coñecemenos y que están en la península puedan transmitir patógenos desconocidos porque no fueron descritos o buscados”, dice Rivas en alusión a Xue-Cheng (XCV), que se identificó gracias al trabajo de los científicos en un hospital centinela del noreste de China. Un virus que, por lo que se sabe hasta el momento, puede ser asintomático o derivar en enfermedad grace. Queda mucho por saber aún pero la ciencia ya está en marcha.
Referencia: Human Infection with la Novel Tickborne Orthonairovirus Species in China (Publicado en The New England Journal of Medicine)