Un grupo de amigos lleno de inquietudes y con un dilatado bagaje tecnológico montó en 2012 una empresa que hoy ilumina la mayoría de ayuntamientos gallegos. Todos ellos trabajaban en el sector de la electrónica profesional y durante dos años investigaron diferentes tecnologías y líneas de negocio con el objetivo de emprender. Durante el trayecto se enteraron de un cambio revolucionario en el sector: la iluminación tradicional estaba siendo sustituida por la iluminación led. “Los componentes led tienen una parte de electrónica muy importante, en la que los fundadores de Moonoff eran especialistas. Esto fue el caldo de cultivo perfecto para iniciar su andadura desde cero”, explica el director comercial de la empresa, Alberto Picón.
En esta última década, Moonoff experimentó grandes cambios. Comenzó siendo un fabricante de iluminación con el objetivo de asentarse en el comprado como marca comercial. Segundo relata Picón, en los primeros años de vida, la empresa estaba muy enfocada a la iluminación interior. Es decir, a la restauración, a las tiendas de consumo y a los aparcamientos, entre otros tipos de instalaciones. Sin embargo, a partir de 2014 Moonoff comienza a experimentar su primero gran cambio. “Nos convertimos en una referencia tanto nacional como internacional de fabricante de alumbrado exterior”, sostiene el director comercial. Tal y como detalla, esto significa que Moonoff deja su huella tanto en el alumbrado público como en el deportivo —por ejemplo, en los campos de fútbol— e industrial.
De hecho, el crecimiento que experimentó la empresa en los últimos años los llevó a abrir una filial en Miami. A pesar de que los procesos de I+D se siguen desarrollando en Santiago, donde Moonoff está asentada desde sus inicios, la parte logística y comercial del mercado americano se gestiona desde el otro lado del charco. Así lo explica Picón que, pese a reconocer el crecimiento internacional de Moonoff, insiste en que no perdieron el foco de lo local. “Somos de Santiago y esta evolución fue perimetral, con mucha presencia técnica y comercial en Galicia. De hecho, la mayoría de ayuntamientos tienen luminarias Moonoff”, argumenta el director comercial. Esta manera de mantenerse fiel a sus raíces no les impide seguir innovando y respondiendo a las necesidades del mercado, pero trabajando en la confianza que ya genera la marca: “Me gusta pensar que seguimos siendo los mismos chicos de hace 11 años”.
Futuros proyectos
A pesar de que la esencia de la empresa se mantiene, Moonoff prefiere mirar al futuro y no al pasado. En este camino hacia adelante, renovaron todo su alumbrado público con productos actualizados tanto estética como funcionalmente. “Esto completa nuestro catálogo dándonos la fortaleza para acometer proyectos desde la parte ornamental, pero que también sean lo más eficientes y verdes posible”, destaca Picón, poniendo en valor los nuevos objetivos de la empresa. De igual manera, están diseñando soluciones para cargadores de vechículos eléctricos y sensores para el sector primario. “Todas estas líneas de negocio se basan en la electrónica, en la que somos especialistas. Aunque son caminos diferentes, pueden confluir fácilmente en el concepto de smart rural que tanto se emplea hoy y hacia el que vamos encaminados”, argumenta el director comercial de Moonoff.
“Sin duda”, dice Picón, cuando se le pregunta si el futuro está, precisamente, en ciudades más inteligentes. “El objetivo es que todos los elementos inmóviles estén conectados para que la tecnología sea perceptible por el ciudadano”, añade. Tal y como continúa explicando, la idea no es solo que la luminaria encienda o apague sola, sino que pueda captar y entender las necesidades de los espacios. Por ejemplo, que ilumine con mayor o menor intensidad dependiendo del tráfico o de los escenarios: no es el mismo un día de semana que las fiestas patronales de un pueblo. En definitiva, Moonoff confía en el concepto de las smart rurales, precisamente, porque acercan la tecnología al ciudadano.
Un compromiso verde
Otro de los grandes compromisos de Moonoff es su respeto hacia el medio ambiente. Por eso desde los inicios, los fundadores de la empresa orientaron sus conocimientos en electrónica hacia la fabricación y venta de luminarias led. “En nuestros proyectos estamos registrando entre un 65% y un 70% de ahorro eléctrico con el relevo de iluminación tradicional por iluminación led”, apunta Picón. Tal y como enfatiza el directivo, esta cuestión ya no solo se debe valorar desde el punto de vista económico, sino sobre todo ambiental: “Esto nos participar en la descarbonización de nuestro propio ámbito”.
Asimismo, Picón también deposita su confianza en un cambio de paradigma que nos conduzca a una economía circular. “Ahora mismo si se estropea una nevera o una televisión, se compran otras. Hoy en día hay pocas cosas que se reparen”, critica el directivo de Moonoff. Por eso, desde su empresa pretenden romper con la tendencia. En la última renovación de luminarias apostaron, precisamente, por productos estándar y reparables. “Aunque tengamos un mínimo impacto, desde Moonoff fomentamos este tipo de estrategias europeas”, concluye el responsable de empresa compostelana.