“La vida es bella” es el título de una famosa película y el significado de dicho título muchas veces suena hueco en la cabeza de mucha gente. Cuando la tristeza se apodera de uno y le afecta en su vida (laboral, familiar, social, etc) entonces es un problema, y puede desembocar en una depresión. Como decía Gustave Flaubert “Cuidado con la tristeza. Es un vicio”.
Según la OMS “La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.” Hay varios tipos de depresión pero los más comunes son el trastorno depresivo grave y el trastorno distímico. El trastorno depresivo mayor afecta a unos 350 millones de personas en el mundo pero muchos de los pacientes con depresión (30-50%) no están diagnósticados.
Como decía Gustave Flaubert “Cuidado con la tristeza. Es un vicio.”
En la sociedad actual la incidencia de la depresión va en aumento, y en España y Europa es el trastorno mental más frecuente. Por lo tanto, no podemos quedarnos de brazos cruzados sin hacer nada. En muchos casos es recurrente, se puede convertir en una enfermedad crónica y en algún caso desembocar en suicidio. Además hay enfermedades que pueden coexistir con la depresión presentándose antes, ser la causa o la consecuencia de esta. Algunos ejemplos: los trastornos de ansiedad, el trastorno por estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo, el abuso o dependencia al alcohol o de otras sustancias e incluso varias condiciones médicas como cancer, VIH/SIDA, diabetes, etc.
La genética, así como otras variables biológicas o psicosociales pueden influenciar la aparición de la depresión. Es decir, no existe una causa única. Un problema familiar, una enfermedad, la muerte de un ser querido, el estrés,….estos factores y muchos más pueden ser desencadenantes de un episodio depresivo. Basicamente, cada persona es un mundo, y cada paciente depresivo también.
Los antidepresivos más populares a día de hoy son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ej. Prozac, Celexa, Zoloft). Cuanto antes se reciba tratamiento, el tratamiento contra la depresión será más efectivo. Se puede decir más o menos que después del primer tratamiento hay remisión en un tercio de los pacientes, otro tercio tiene una respuesta parcial y un tercio no responde a dicho tratamiento. Tras más de un tratamiento, la remisión puede subir a dos tercios de los pacientes y quedaría un tercio en los cuales no hay buena respuesta.
Nos faltan biomarcadores biológicos que facilitarían el diagnóstico
Como en otros trastornos mentales el diagnóstico es clínico y debe realizarse en profundidad. Para ello se suelen usar los manuales de diagnóstico DSM-5 o el ICD-10. Sin embargo, como en otras muchas enfermedades nos faltan biomarcadores biológicos, los cuales facilitarían y mejorarían sin duda dicho diagnóstico. La depresión no es solo la enfermedad psiquiátrica discapacitante número 1 sino también la enfermedad mental más costosa del mundo a nivel económico.
Los pacientes necesitan apoyo médico, familiar, social….pero uno también debe ayudarse a si mismo haciendo ejercicio, pasando tiempo con otras personas, tener metas realistas, pensamientos positivos, etc. Y sobre todo tener paciencia, ya que lleva su tiempo. Seguro que todos conocéis a alguíen que padece o ha padecido depresión. Incluso aquellos que parece su vida es de película, de rosas, donde la fama, el glamour y el dinero sobran, ellos también la sufren. Por lo tanto y citando a Khalil Gibrá “Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes” y al ilustre Cervantes “Donde una puerta se cierra, otra se abre”. Ánimo y a vivir sin nunca perder la esperanza.