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Es una titulación imán. Atrae a estudiantes de carreras diversas, tiene grandes salidas laborales y su sector crece de forma imparable. Biotecnología, con máster en las tres universidades gallegas, es una ciencia de ciencias en la que la demanda de matrícula ya triplica a la oferta.

La biotecnología no es nueva. El ser humano la practica desde que, en el Neolítico, descubrió la agricultura. Sin saber qué era un cromosoma ni la doble hélice del ADN, seleccionaba genéticamente las mejores plantas para el cultivo. Sin embargo, el concepto no apareció hasta fecha reciente. La americana Genentech Incorporated, fundada en 1976, fue la primera empresa biotecnológica del mundo. Y, en 1977, lanzó al mercado la primera proteína humana fabricada en una bacteria: la somatostatina. Aquel lanzamiento está considerado el inicio de la llamada Era de la Biotecnología.
Hoy, Biotecnología es la palabra de moda. La técnica para estudiar y aprovechar las interacciones biológicas de los seres vivos se usa ampliamente en agricultura, farmacia, ciencia de los alimentos, medio ambiente o medicina. Y, además, involucra a expertos de muchas disciplinas, como biología, bioquímica, genética, virología, agronomía, ecología, ingeniería, física, química, medicina y veterinaria entre otras. Es una auténtica ciencia de ciencias. Y, además, aplicada: lista para ofrecer soluciones y transferirse al mercado.
[box size=»large»]»A nuestros estudios se puede llegar desde 8 carreras diferentes», afirma Gallego[/box]
La evolución del sector ha sido exponencial en todo el mundo. En Galicia, ya supone el 60 por ciento de la producción científica. Y son 45 las empresas afiliadas al clúster Bioga, que en 2013 facturaron 56 millones de euros y dieron empleo a medio millar de personas, en su mayoría titulados universitarios.
«Es una titulación en boga», reconoce Pedro Pablo Gallego, coordinador del máster en Biotecnología Avanzada que ofrecen conjuntamente las universidades de Vigo y A Coruña. «A nuestros estudios se puede llegar desde ocho carreras diferentes», explica Gallego, «y es un máster con unas salidas enormes; la gente piensa en laboratorios e industria farmacéutica, pero hoy demandan biotecnología la industria láctea, la vinícola, las clínicas de fertilidad, las fábricas de cerveza… la oferta es muy variada».

El Máster en Biotecnología Avanzada de A Coruña y Vigo comenzó en 2010 y sus números no han dejado de crecer. Oferta 30 plazas, 15 en cada universidad, y la demanda superó el triple: más de 90 solicitudes. «Tenemos prestigio y funciona el boca a boca», afirma Pedro Pablo Gallego, «nos llegan alumnos de Madrid, de Salamanca y de Iberoamérica».
Las prácticas y la participación de profesorado de empresas son fundamentales. «Queremos que los alumnos conozcan la vida real; las técnicas y problemas que se van a encontrar en el trabajo», explica el coordinador.
La Universidad de Santiago tiene su propio máster en Biotecnología. Los estudios comenzaron en 2001 y, desde 2010, tieneN el formato actual. Lo dirige el catedrático de Microbiología Tomás González y el profesorado es el propio de la USC. Por apuntar diferencias, los contenidos e intercambio con la empresa son más intensos en el de A Coruña y Vigo. Donde el adjetivo «avanzada» busca que los alumnos puedan practicar con las últimas técnicas, a veces usando equipos de grandes empresas como Lonza, asentada en O Porriño, que llega a donar sus aparatos. Los fuertes requisitos de la agencia del medicamento de EEUU, la FDA, les obligan a una renovación permanente, por lo que ceden a menudo materiales casi de estreno y de última generación.
[box size=»large»]El 7,8 del PIB de España ya depende de la Biotecnología[/box]
Ambos máter tienen una duración de un año y medio. Y concluyen con un proyecto de fin de estudios, enfocado en una disciplina práctica. Ahí el alumno puede elegir la salida profesional que más le interesa. «Yo recomiendo al estudiante que comience por una titulación generalista, como biología, química, etc…», explica Pedro Pablo Gallego, «y que se especialice luego en un máster, que busque su camino, porque la biotecnología ofrece las salidas más variadas, todas apasionantes».
Así que tenemos unos estudios de moda. El 7,8 por ciento del PIB de España ya depende de la biotecnología. La gallega Zeltia valía 1 euro en bolsa en 2012 y ahora vale el triple. Más de 3.000 empresas integran en España el sector. Y las previsiones apuntan a un gran crecimiento hasta 2020. Así que la ciencia de ciencias parece que seguirá siendo una titulación imán.