Las bondades para la salud de las personas del consumo de legumbres en una proporción idónea están más que demostradas. Sin embargo, las ventajas de las leguminosas no se quedan aquí. Investigaciones iniciadas hace más de cinco años en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) confirman que el empleo de legumbres como trébol y alfalfa en la alimentación del ganado permite incrementar la producción de leche entre un 6 y un 8 por ciento, además de mejorar el perfil graso del producto y contribuye así a obtener una leche con mayor valor añadido.
Gonzalo Flores Calvete, jefe del departamento de Pastos y Forrajes del CIAM, señala que los estudios realizados tienen unas conclusiones semejantes a los efectuados en otros puntos de Europa. Apunta la necesidad de distribuir los resultados lo máximo posible entre los agricultores y hacer proyectos piloto para extender el uso de las legumbres como método de alimentación del ganado vacuno.
El trébol violeta, el trébol blanco y la alfalfa fueron las legumbres más empleadas en estos ensayos y el primero de ellos fue el más efectivo a la hora de alcanzar los objetivos fijados. Las conclusiones (aún no publicadas) de una tesis doctoral realizada por el ingeniero agrónomo Marcos Veiga López señalan que el uso de forrajes frescos de buena calidad permiten reducir mucho el consumo de concentrado en las explotaciones lecheras y mejorar su sostenibilidad económica y ambiental, especialmente cuando se integran leguminosas en los sistemas de cultivo.
Las vacas alimentadas con trébol producen leche con más Omega 3
Además, se indica que existe un incremento de la concentración de ácidos grasos polisaturados totales y de Omega 3 en la leche en la situación de alimentación del ganado con ensilados, particularmente cuando se emplea el trébol violeta. Entre los factores negativos que implica el uso de las legumbres se citan en la tesis las dificultades de establecimiento de estos cultivos en las praderas, el escaso número de materias activas de herbicidas autorizados y las dificultades para ensilar estas especies.
Flores apunta que a pesar de estas dificultades el balance del empleo de las legumbres frente a las gramíneas es positivo. «Nos encontramos en un momento de cambio de paradigma y las legumbres que ya se utilizaban anteriormente para alimentar el ganado habían casi desaparecido pero ahora pueden volver a implantarse porque tienen ventajas importantes», indica Flores, quien insiste en la necesidad de apostar por la divulgación de los estudios realizados. En este sentido, los resultados serán compartidos en el contexto de la Red Temática EURODAIRY, en la que participan Grupos Operativos (GO) procedentes de 20 regiones europeas productoras de leche.
La apuesta por la innovación puede ser una vez más la clave para contribuir a solucionar problemas como el bajo precio de la leche, que sigue afectando a los productores gallegos. La obtención de un producto de mayor valor añadido puede ser uno de los factores que permita a los ganaderos obtener un mejor precio por su producto. La respuesta de los ganaderos la estas investigaciones en las jornadas técnicas realizadas hasta lo de ahora fue positiva, segundo indica Flores.