Martes 30 Abril 2024

Un instituto de A Guarda “inventa” el coche de gas licuado

Gracias al empeño de un grupo de profesores, aquel viejo Seat León 1008 Turbo pronto se convirtió en un flamante GLP con sistema de gas licuado.  Es el resultado del proyecto desarrollado en el Instituto A Sangriña de A Guarda, por el que un equipo de formadores y sus alumnos han logrado transformar un sistema  de gasolina tradicional en un bifuel sin apenas emisión de gastos contaminantes y con una autonomía que duplica a la de un coche convencional.

El profesor Lois Carballido  fue el encargado de idear y coordinar el grupo de trabajo, en el que participan otros seis profesores del departamento de Automoción del Instituto de Enseñanza Secundaria guardés y colaboran siete alumnos del curso de Electromecánica. Trasladó su propuesta al Centro de Formación y Recursos (Cefore) de Vigo, encargado del estudio de viabilidad, seguimiento y visto bueno al proyecto. Traspasado su ecuador del mismo, el Seat León está casi listo para circular. “Estamos en una fase de diagnosis y de generación de averías para su subsanación”, resume Carballido.

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Cuando se acaba de celebrar el Día Mundial da Eficiencia Enerxética, el instituto guardés instruye a los futuros mecánicos en los fundamentos de un tipo de coche cuya implantación en España choca con la preponderancia de los motores diesel. Los automóviles a gasoil, que en nuestro país representan el 90% del parque móvil, no  se pueden adaptar al sistema de Gas Licuado del Petróleo. Pero sí los de gasolina, por un precio que oscila entre los 1.800 y los 2.500 euros. Para amortizar la adaptación de un Porsche Cayenne basta recorrer 15.000 kilómetros. En un automóvil convencional, el cambio comienza a ser rentable a partir de los 60.000.

La adaptación de un vehículo convencional se amortiza a partir de los 60.000 kilómetros

Para desarrollar su proyecto, Carballido y el resto del grupo logró implicar a Seat, que donó el vehículo, y a las empresas Repsol AutoGas y AutoBox Coruña, que aportaron el material. Así comenzó la aventura de la transformación del motor, que además de su casi nula emisión de gases, presenta las ventajas adicionales del ahorro en el coste del combustible y el doble de autonomía. Aunque de un consumo ligeramente superior (de ocho o nueve litros por cada 100 kilómetros), el precio del combustible, de en torno a 0,76 euros el litro, es casi la mitad que el de la gasolina, lo que lo convierte este tipo de motores en un importante ahorro.

“El sistema bifuel tiene aún muy poco mercado en España, pero en otros países son muchas las marcas con una amplia oferta de vehículos de este tipo”, precisa Carballido. Uno de sus principales inconvenientes es la todavía escasa red para repostar. Y otro, la resistencia del mercado español a los cambios. Por eso los profesores del instituto consideraron la importancia de introducir en los secretos del motor GLP a los futuros mecánicos, que son quienes habrán de aconsejar a los conductores. “Llevamos un retraso considerable en esto, cuando en otros países este tipo de motores son habituales desde hace hasta 30 años”.

Los profesores de A Sangriña, que el curso pasado desarrollaron un motor de hidrógeno, subrayan que las prestaciones de los vehículos bifuel no solo no se ven mermadas, sino que se incrementan gracias a su mayor capacidad y autonomía. Y los alumnos, con edades comprendidas entre los 16 y los 26 años, van aprendiendo que lo más común no es siempre lo más adecuado, como demuestra la preponderancia de los motores diesel en España. “Es una experiencia muy gratificante, lo ideal sería que todos los centros de automoción pudieran conocerla”, apunta su promotor. De lo contrario, nuestros coches seguirán durante muchos años “escupiendo humo por el escape”.

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