“Las crisis financieras se podrían prevenir reestructurando préstamos interbancarios”

Anxo Sánchez, profesor del Departamento de Matermáticas de la Universidad Carlos III de Madrid
El catedrático gallego Anxo Sánchez, investigador y profesor del Departamento de Matermáticas de la Universidad Carlos III de Madrid.

Reestructurar algunos préstamos interbancarios ayudaría a prevenir o contener la propagación de crisis económicas en el sistema financiero, como la que nos azota desde 2008. Esta es la principal conclusión del estudio Towards a Proper Assignment of Systemic Risk: The Combined Roles of Network Topology and Shock Characteristics, un trabajo publicado en la revista PLoS ONE, firmado por el catedrático gallego Anxo Sánchez y su colega Lasse Loepfe —ambos del Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos del Departamento de Matemáticas de la Universidad Carlos III de Madrid—, junto con el profesor Antonio Cabrales, del Departamento de Economía del University College London.

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Los autores realizaron un estudio matemático y computacional basado en teoría de redes para simular la manera en que la estructura de las conexiones financieras afecta a la propagación de crisis económicas, teniendo en cuenta cambios de varias variables de la red simultáneamente. Así, en lugar de evaluar el volumen de negocio y la resistencia de cada banco por separado, los investigadores han tenido en cuenta la manera en que una entidad influye sobre la salud de toda la red. Siguiendo la analogía del ecosistema, sería algo similar a analizar cómo afectaría la extinción de una especie a la cadena trófica y la viabilidad de un entorno natural. De hecho, el trabajo se enmarca en un proyecto de investigación más amplio en el que se compara la robustez de redes económicas y ecológicas.

Para los investigadores, estos resultados proporcionan una nueva visión y argumentos a los responsables políticos y los bancos centrales para que puedan centrarse en la vigilancia no sólo de los requisitos de capital que se dirigen a los nodos, sino también de las conexiones entre las empresas que componen la red financiera.

-¿Qué motivó este estudio?

-Antonio Cabrales, con quien estaba trabajando, había logrado unos resultados muy matemáticos, muy abstractos, sobre estabilidades de redes financieras. Estábamos metidos en un proyecto con Holanda y Reino Unido precisamente para estudiar redes financieras y ver si se podían relacionar con redes ecológicas. Viendo sus resultados, pensé que aquello era interesante pero demasiado poco realista, y la manera de hacerlo más realista y utilizable en la vida real era mediante simulaciones, yendo más allá de las matemáticas, simulando el modelo para ver qué salía. Queríamos ver hasta dónde los resultados de los teoremas se podían aplicar a situaciones más realistas.

-Y recurrieron a la teoría de redes…

-Sí, lo tuvimos claro desde el principio, ya que veníamos de intentar extraer lecciones de un campo a otro: de la economía a la ecología o viceversa, pero siempre utilizando el paradigma de las redes. Nos preocupamos por definir la red de conexiones entre las entidades financieras de manera que fuera relativamente realista, que fuera algo que simulara un proceso como los préstamos interbancarios, por ejemplo.

-¿Con qué hipotesis y metodología partieron?

-Lo que hicimos fue suponer que de las entidades financieras que estudiábamos sólo nos quedábamos con los intercambios que hacen de dinero, acciones… Y con eso construimos una red de conexiones entre las entidades: si una posee a otra, si han hecho préstamos… No nos preocupamos mucho por lo que les pase internamente. También queríamos ver cómo cambiaba la estabilidad de esa red en función de cómo iban cambiando o de cómo pudieran ser las características de la red. Había ya estudios hechos, pero nadie se había preocupado por hacer variar más de una cosa a la vez. Por ejemplo, se había visto cómo variar la estabilidad de la red en función del número de conexiones, pero no se preocupaban por qué sucedía si a la vez variaba otra cosa. Nosotros decidimos variar la mayoría de parámetros de la red simultáneamente, y esos resultados son diferentes que los que se obtienen variando uno a uno. En ese sentido, nuestro estudio es más completo metodológicamente.

-¿Cuáles fueron las principales variables con las que trabajaron?

-Trabajamos sobre todo con el número de conexiones que puede tener cada entidad, lo distintas que pueden ser esas conexiones, es decir, si puede haber entidades que tienen muchas conexiones y otras pocas… También trabajamos el grado de agrupamiento de las entidades y cómo podían ser los choques o problemas que pudiesen haber en la red, si afectaban a las entidades más grandes, si influían a más de una a la vez, o si eran aleatorios… Variamos todo lo que podíamos variar en el modelo.

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-¿Cuáles son los principales resultados y conclusiones de su estudio?

-Lo más importante que hemos visto en nuestro modelo es que se puede prevenir de una manera relativamente sencilla que la quiebra o la crisis de una entidad afecte al resto del sistema financiero simplemente analizando y reestructurando su estructura de préstamos interbancarios. Es decir, se trataría de reestructurar las conexiones más que pedirle a cada entidad de manera uniforme que guarde un dinero en caja por si acaso. Esta sería una forma más sencilla y eficiente de prevenir la propagación de una crisis financiera. Al menos eso es lo que dice nuestro modelo.

-¿Han podido trabajar con datos reales?

“Con modificaciones relativamente pequeñas de la red financiera se mejoraría mucho su robustez”

-Sí. Pudimos trabajar con datos reales que nos pasaron unos colaboradores de cómo es la red de propiedad de corporaciones internacionales, cómo unas poseen a otras [véase The network of global corporate control]. Esos datos los analizamos para, precisamente sobre esa red, hacer nuestras simulaciones variando por ejemplo los tipos de ataques o de choques que se pueden producir y viendo también si nuestra propuesta de modificar un poco algunos enlaces podría prevenir crisis sistémicas. Y los resultados son positivos: con modificaciones relativamente pequeñas de la red se mejoraría mucho su robustez.

-¿La confidencialidad de los datos que manejan las entidades financieras ha sido un hándicap para desarrollar su estudio?

-Sí ha sido un hándicap, porque no tenemos ni vamos a tener los datos reales por ejemplo de cuánto dinero se prestan unas entidades a otras o quién presta a quién. Esos datos los tienen los bancos centrales. Tengo sentimientos encontrados sobre si se deberían hacer públicos o no, no lo tengo claro. Pero en todo caso, lo que pretendemos con este estudio es hacer una sugerencia a las divisiones de investigación de los bancos centrales. Ellos son los que están en condiciones de ensayar nuestras ideas en sus modelos alimentados con datos reales.

-¿Qué recomendaciones dan a los bancos centrales y a las entidades financieras?

-Por ejemplo, lo que hemos hablado, que parece más efectivo y más cómodo revisar las conexiones entre entidades financieras que exigirles a todas ellas provisiones por si vienen los problemas. Es la principal recomendación que podemos hacer. Y también es muy importante monitorizar constantemente la red de conexiones financieras para ver cómo va evolucionando.

-¿Sería aventurado afirmar que aplicando un modelo como este se podría haber contenido la propagación de la crisis financiera actual?

-Puede ser un poco aventurado, sobre todo porque, por un lado, no tenemos datos reales para comparar, y por otro, porque este modelo es sencillo y no hemos tenido mucho en cuenta cómo es cada banco por dentro; nos centramos más en la red de conexiones interbancarias. Sí creo que si se hubiera ensayado con tiempo este modelo, podría haber dado al menos pistas para prevenir parte del daño causado por esta crisis financiera.

-¿Podríamos aplicar este modelo al sistema financiero español y plantear una hipótesis?

-En principio no habría ningún problema, pero habría que tomar las conclusiones con un poco de cuidado, ya que el sistema financiero español antes era más grande, pero cada vez quedan menos entidades y ahora es una red relativamente pequeña y muy conectada. Es como si en un pequeño grupo de gente todos fuesen amigos de todos. Sí podríamos intentar sacar conclusiones, pero nuestro modelo tiende a aplicarse mejor en redes más grandes. Otro problema es que la red española no está aislada. Los bancos españoles están recibiendo dinero de entidades extranjeras, a su vez lo prestan… Entonces, no sé si tiene mucho sentido fijarse solo en las entidades españolas.

-Entonces ya ni hablamos del caso gallego y de sus convulsiones recientes…

-En el caso gallego, como no queda ningún banco… (risa). No tendría ningún sentido. Nuestra principal preocupación, más que una o dos entidades quiebren, es que la quiebra o los problemas de una afecten a todo el sistema, como sucedió con Lehman Brothers, por ejemplo. Ese es el problema que nos ocupa, no si una entidad va a sobrevivir o no.

-¿El potencial de viralidad en el sistema financiero es mayor de lo que se puede presuponer?

-Sí. De hecho, después de la quiebra de Lehman Brothers, que se congeló todo el mercado interbancario, las entidades estaban básicamente aisladas y los problemas de una apenas afectaban a otras. Pero se han vuelto a reconstruir las conexiones y volvemos a estar como entonces, con una red con un potencial de viralidad muy alto, por lo que habría que empezar a tomar medidas.

-¿Se trataría de buscar una vacuna?

-Más que de buscar una vacuna, de lo que se trataría sería de poner a algunas entidades en cuarentena… o en semicuarentena. Vacunar lo veo más parecido a pedir un coeficiente de caja que podría ser diferente para cada entidad. Aquí lo que decimos es: vamos a intentar prevenir el contagio mirando con un poco de cuidado las conexiones entre entidades.

-¿Consideran un error que los bancos centrales hayan elevado de manera uniforme las exigencias sobre el capital en reserva?

-No me atrevería a decirlo. Cuando toman esas decisiones, lo hacen avalados por sus propios modelos y por sus propios trabajos. Y no es mala política, en principio, pero lo que pasa es que quizás están imponiendo exigencias demasiado fuertes a todos los bancos. De todas formas, es una decisión prudente y no me atrevería a decir que haya sido un error.

-La universidad es una vez más un buen laboratorio de ideas y modelos. ¿Se acercan lo suficiente los bancos centrales y las entidades financieras a los investigadores de las universidades? ¿Deberían el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, rodearse de más matemáticos y científicos?

“Los bancos centrales podrían fomentar más la colaboración con las universidades”

-Me consta que lo están haciendo y cada vez hay más contacto con los científicos. Por ejemplo, como parte del proyecto tuvimos a una persona que estuvo trabajando con el Banco de Francia. Yo creo que sí están interesados en estas cosas. Lo ha dicho Draghi y lo expresó antes que él Claude Trichet [su antecesor en el cargo], quien ya dijo que tenían que mirar más a los científicos. Lo que pasa es que ocurre como con todo en investigación: las divisiones de investigación de los bancos centrales no tienen recursos infinitos. ¿Deberían tener más? Yo creo que sí y seguramente podrían hacerlo mejor. Con lo que tienen hacen lo que pueden. Aunque sí podrían fomentar más la colaboración con las universidades e institutos de investigación, pero ahí está el problema de los datos, cuáles podrías usar y cuáles no… Es una barrera que todavía hay que superar.

-Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación más amplio…

-Sí, es el último que hemos hecho tanto sobre redes en ecología como redes en economía. Por ejemplo, estamos terminando un trabajo para intentar entender cómo es la distribución de especies de árboles en España usando datos reales del Inventario Forestal Nacional y por qué en ciertos sitios hay más o menos diversidad de especies. También hemos realizado trabajos teóricos y experimentales sobre cooperación en redes, sobre robustez de redes de ordenadores o sobre aplicaciones para cloud computing… Todo ello siempre con el concepto de red por debajo. Son trabajos en los que hemos participado equipos de Reino Unido, Holanda y España.

-Una curiosidad: ¿las matemáticas rigen su vida cotidiana?

-Bueno, aunque estoy en el Departamento de Matemáticas de la UC3M, yo no soy matemático, soy físico teórico, lo cual tampoco es muy distinto de ser matemático, aunque quizá te da un mayor interés por las aplicaciones de lo que haces que lo que pueda ser un matemático puro que viva en el mundo de las ideas. En todo caso, no sé si las matemáticas rigen mi vida, pero sí es cierto que las tengo presentes todo el día. Pienso en las cosas de la vida y pienso en matemáticas. Una estupidez que puede servir como ejemplo: el otro día dejé a mi hijo mayor en el instituto y me fijé que los chavales iban llegando por grupos, así que pensé si viendo los tamaños de los distintos grupos podría decidir cuáles se forman porque han quedado para venir andando desde casa o se forman por haber venido juntos en el metro. Eso te lleva a hacer una serie de cuentas… La estadística es algo que tengo muy presente siempre. Por ejemplo, sé que tengo una probabilidad entre 14 millones de que me toque la Lotería Primitiva, así que no me hago muchas ilusiones. En definitiva, las matemáticas a lo que me ayudan es a interpretar aspectos de mi vida.

Anxo Sánchez (Ourense, 1964), físico teórico, catedrático de Matemáticas en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Inició su carrera universitaria en la Complutense de Madrid, donde primero se licenció en Ciencias Físicas y luego se doctoró en Física Teórica y Matemáticas. Trabajó en el Laboratorio Nacional de Los Álamos (Universidad de California, Estados Unidos) antes de ingresar en el Departamento de Matemáticas de la UC3M. En los últimos años ha enfocado sus investigaciones en sistemas complejos y en aplicaciones prácticas en áreas tan diversas como la electrónica cuántica o la sociología.

 

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