La Vía Verde de Compostela recupera el pasado de las estaciones ferroviarias

La Deputación de Coruña impulsa la recuperación del patrimonio industrial repartido a lo largo de la ruta a través de la realidad virtual

A de Meirama é unha das catro estacións sen servizo de Cerceda

En Semana Santa el peregrinaje hacia Compostela es tendencia. Al templo del Apóstol Santiago se puede llegar desde múltiples sitios; incluso desde su propia provincia. El Camino Inglés es el que parte desde A Coruña y Ferrol y recorre la comarca hasta llegar a la capital gallega. Ahora hay una alternativa: la Vía Verde Compostela-Tambre-Lengüelle. Además de ser vía paralela del camino xacobeo, recuperará el patrimonio gastronómico, cultural y, por supuesto, industrial, con varias estaciones ferroviarias actualmente sin servicio esparcidas por la ruta.

A través del desarrollo de aplicaciones de realidad virtual para teléfonos móviles, se podrá descubrir el pasado de la carretera ferrocarril de algunos de los puntos especialmente emblemáticos del trazado de la Vía Verde, como las estaciones que perdieron su utilidad original. La aplicación de realidad virtual “será fácil de usar para garantizar que todos los visitantes puedan disfrutar de su uso de una manera sencilla e intuitivo”, indica el Plan elaborado desde la Deputación. En la aplicación se podrán descubrir diferentes aspectos del pasado de la carretera con el uso de un dispositivo móvil.

Esta Vía Verde discurre a lo largo de 26 kilómetros entres las villas de Oroso, Ordes, Tordoia y Cerceda. De las cinco estaciones que tiene este último ayuntamiento dentro de sus términos municipales, solo una (Cerceda-Meirama, según la denominación de Adif) sigue funcionando. La antigua estación ferroviaria de Meirama fue reconvertida en el Museo de la Minería, inaugurado en 2015 con fondos procedentes del Plan Miner, y pretende recordar su estrecho vínculo con la industria del carbón.

La de Queixas-Londoño —en realidad, situada en Londoño— se encuentra sin servicio operativo desde 2007 y ahora está reconvertida en un centro de formación y oficina agroganadera. Esta estación replicaba la usual disposición de estos edificios. La planta baja estaba dedicada a la venta de billetes, al despacho del jefe de la estación y al espacio de espera de los pasajeros. En el primero piso, la vivienda del jefe de la estación y de su familia. Así lo explica el panel informativo situado en las cercanías de la estación rehabilitada para el público. Parte de ese pasado a recuperar, que recuerda otro cartel, es la represión franquista en la que vivieron las personas que participaron en su construcción, prisioneros de guerra y presos políticos. A La de Meirama y a la de Queixas-Londoño se suman las de Cerceda (Quejas) y A Vila da Igrexa (Cerceda).

La estación de Queixas-Londoño antes de su rehabilitación.

No solo en Cerceda se encuentran los edificios de anterior uso ferroviario hoy rehabilitados. Próxima al curso del río Lengüelle, la antigua estación de Ordes-A Pontagra, en el límite entre los municipios de Ordes y Tordoia, fue rehabilitada cerca del inicio de la década del 2010 como un área recreativa y a la que ahora desde el Ayuntamiento se le quiere dar nuevos usos sociales y recreativos con una nueva reforma. Originalmente, fue construida en 1943 como una parada de la línea Zamora-A Coruña, diseñada por Ramón Cortázar de Urruzola y como una imitación de la estación de Azpeitia (Guipúzcoa).

El patrimonio ferroviario es fundamental. Queremos poner en valor lo que significó la apertura de esa vía férrea y para el desarrollo del territorio. Teniendo un patrimonio industrial importante de la Vía Verde vamos a tratar de recuperarlo, de que sea visitable, de que nos cuente el relato histórico de ese camino de hierro”, sostiene Xosé Regueira, vicepresidente de la Deputación y diputado de Turismo.

Aparte de los elementos industriales, los Ayuntamientos integrantes de la Vía Verde guardan un rico patrimonio cultural. Encontramos las iglesias de San Miguel de Gándara, Sano Esteban de Trasmonte y Santa Eulalia de la Senra y el Pazo de Meixime en Oroso; el yacimiento romano del castro de Casanova, la torre de Morgade y el Museo del Traje en Ordes; el dolmen de Cabaleiros en Tordoia, y el castro de Coto de Individua o yacimientos castreños en Cerceda.

La recuperación del patrimonio ferroviario desparramado a lo largo de la Vía Verde va de la mano de la creación de la marca gastronómica que pretende impulsar el Plan de Sostenibilidad Turística diseñado para este destino de A Coruña. El objetivo es articular “una estrategia que sirva tanto para el público interesado en el ocio, senderismo o turismo de naturaleza como los peregrinos con un índice de restauración que les permita configurar las paradas para disfrutar de la gastronomía y para que la experiencia gastronómica sea una parte importante”, resume Regueira. Enmarcadas en esa línea se realizarán acciones como la de celebración de dos jornadas gastronómicas anuales centradas en la promoción de uno o de dos productos de temporada de producción local. Con muchos planes de futuro sobre ella y aún inacabada, la Vía Verde ya es una opción presente.

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