La empresa coruñesa Técnicas de Soft diseñó durante el confinamiento un proyecto que contempla el diseño y operativa de un resucitador autónomo reutilizable basado en un equipo Ambú, lo cual bautizaron como RAR (Resucitador Autónomo Reutilizable). El equipo dispondrá de un controlador electrónico e interfaz táctil que permitirá al personal sanitario interactuar con el sistema parametrizando de forma sencilla los distintos modos de funcionamiento. Se podrá controlar de forma electrónica y seleccionar, tanto el grado del dispositivo Ambú, como la velocidad. De esta forma, el personal sanitario podrá adaptar el volumen de aire insuflado, la cadencia y la presión a las necesidades de cada paciente. El proyecto, consistente en la fabricación de 4 prototipos con diferentes accionamientos, está financiado por la Axencia Galega de Innovación (GAIN), a través de un convenio firmado para tal efecto.
El proyecto consiste en la fabricación de un ventilador invasivo para UCIs basado en el accionamiento coordinado de una bolsa de resucitador tipo Ambú. Estos dispositivos resucitadores suelen estar disponibles tanto en las UCIs cómo en las ambulancias, y son fáciles de conseguir. Tomando como base esta idea, lo que pretende el proyecto es crear todo un ecosistema alrededor del ventilador que mejore la gestión de la respiración invasiva para pacientes de Covid-19.
Los ventiladores se pueden conectar a un centro de control con un software que permite la monitorización integral de varios equipos, así como la integración de cámaras para la supervisión de los pacientes en la UCI. “De esta forma reducimos las veces que el sanitario tiene que acercarse al paciente, permitiendo que uno mismo técnico pueda supervisar varios dispositivos, disminuyendo así la exposición al virus”, afirma Juan Jesús Pardo, director técnico de Tecdesoft.
Si el hospital lo desea, y la legislación del país lo permite, este centro de control se puede conectar a una plataforma en la nube que facilita la monitorización y el seguimiento de los datos anonimizados. Esta plataforma dispone de mecanismos de ciberseguridade y no permite la actuación sobre lo dispositivo, simplemente la monitorización del histórico. Está pensada para que puedan interactuar diversos especialistas que acercan conocimiento para la mejora de la atención a los pacientes desde lugares remotos. Esta herramienta cuenta además con un motor de inteligencia artificial con el que se pueden identificar patrones no adecuados o correlaciones entre diferentes prácticas.
En el comprado ya existen números equipos basados en accionamiento de bolsa tipo Ambú. Se trata de un tipo de ventilador rápido de implementar y sencillo de certificar, ya que las piezas que entran en contacto con el aire que se insufla al paciente ya vienen de serie con las certificaciones médicas oportunas. Con todo, la bolsa Ambu es un resucitador y no un ventilador. Es decir, es un elemento que está pensado para una actuación corta en el tiempo. “El reto que perseguimos en estos dispositivos es conseguir un equipo que pueda funcionar durante largos períodos de tiempo asegurando en todo momento a idoneidad de la mecánica ventilatoria”, asegura Juan Jesús Pardo. Además, ha de ser un equipo industrializable para fabricación en serie y muy fuerte, “para eso nos basamos en tecnología de automatización y control industrial ampliamente probada y fácil de conseguir, así como en sensores médicos de alta precisión ya certificados”.
Pero realmente, la gran ventaja que tiene este dispositivo es la algoritmia que corre en su interior. La mayor parte de los equipos que venimos disponen de modos de regulación de volumen/minuto, frecuencia o presión, que sería la metodología básica. En este incorporan además métodos parecidos a los de los ventiladores avanzados de UCI. El equipo RAR es capaz de detectar el impulso natural respiratorio del paciente y adaptarse a él. “De esta forma favorecemos que el paciente, una vez está superando la enfermedad, empiece a respirar por sí mismo, en un primer momento ayudado por el respirador. Esto es especialmente relevante para conseguir una pronta recuperación y reducir las secuelas de la ventilación mecánica”, comenta el director técnico y de negocios de Tecdesoft.
«Fabricar estos equipos no es complejo: debemos autoabastecernos»
Los plazos para que el equipo médico esté en el comprado dependerán del calendario de pruebas necesarios para su validación y de la autorización de la Agencia Española del Medicamento. “Nuestro objetivo es estar en disposición de empezar la producción en serie en 3 meses”, afirma Juan Jesús Pardo, que recuerda que cuándo expusieron la idea, comenzaba el confinamiento, y estaban centrados en buscar una solución para el problema español. Estos equipos son clave para la atención a los enfermos de Covid-19 más graves, y hay una gran escasez de ellos. “La sociedad civil no puede ser ajena la este hecho. En España hay grandes empresas con enorme capacidad de innovación y fabricar estos equipos no es complejo. Debemos autoabastecernos”.
Técnicas de Soft es una empresa con varias décadas de historia, pero no tenía ninguna experiencia en el ámbito médico. Trabajaron en hospitales con sistemas auxiliares y cuentan con experiencia en industria alimentaria, química y farmacéutica, pero no en industria médica. “Por eso partimos de las bolsas Ambú, que están ya certificadas para uso médico. Nuestros ingenieros están acostumbrados a programar la algoritmia necesaria para multitud de procesos. Lo que tenemos que conseguir es programar la lógica de operación necesaria para que las bolsas Ambú se accionen de forma continua y coordinada, según la mecánica respiratoria que precise el paciente. Sin duda, un reto muy bonito”, concluye el director técnico.