Frente a los métodos clásicos de obtención de datos geográficos, como la topografía o la fotonometría, FREEdron es un dispositivo que combina diferentes sensores para capturar esa información georreferenciada. Además, aporta una solución hardware-software modular y completa, que permite un mayor control en la recolección de información, así como la integración y el procesado básico de la misma.
El proyecto se basa en la tecnología LIDIAR, mediante la que se envía una señal que, la cierta distancia, rebota y vuelve al receptor. Luego, al unir esa distancia a sistemas de posicionamiento, se obtiene un vector georreferenciado en el aire, conociendo así las coordenadas de ese punto gracias a un dispositivo capaz de leer hasta 600 mil puntos por segundo. Además, y con respecto a otras técnicas, el LIDIAR presenta ciertas ventajas a la hora de cartografíar los espacios, según apunta Marcos López, gerente de Cartogalicia: “Imagina que quiero tener el modelo digital del terreno de una robleda. Por fotonometría, si yo no veo el terreno, con la foto no podría extraer información de las cuotas de latitud que están por debajo de esos árboles. El LIDIAR los permiten esa penetración en la vegetación, y podríamos obtener el modelo digital del terreno y lo de superficie, que sería la copa del árbol. Y, a partir de eso, calcular muchas otras cosas”.
Multisensor y multiplataforma
A este sensor, donde el LIDIAR es el centro de todo, se le pueden agregar y sincronizar otros sensores, para fusionar la información de los puntos con otros datos de interés. Así, por ejemplo, en la agricultura de precisión se podría fusionar el LIDIAR con una cámara multiespectral, que aportaría la información fitosanitaria de la vegetación.
Además, el sistema puede ser montado en múltiples plataformas, como un vehículo terreste, un avión o mismo un barco. Una característica diferencial que, según explica López, no es tan sencilla: “multiplataforma no es simplemente sacarlo de un sitio y ponerlo en otro. El comportamiento del sensor va a ser distinto en función del tipo de vehículo, por lo que es preciso un desarrollo para que los cálculos diferencien entre tierra, aire o mar.”
RAWLIDAR y la BFAero
Además, la spin-out participa de la segunda edición de la Business Factory Aero (BFAero), una aceleradora para pymes del sector aeronáutico de Galicia que precisen sistematizar y consolidar su modelo de negocio. Impulsada por la Xunta dentro de la Civil UAVs Initiative (CUI), una iniciativa estratégica y pionera en Europa con el objetivo de atraer inversiones en el sector aeroespacial y proponer soluciones innovadoras al campo de la industria de sistemas y vehículos no tripulados, la BFAero es la aceleradora del sector que cuenta con la mayor dotación económica a nivel europeo. De este modo, proyectos como FREEdron, en fase de incubación, pueden contar con un apoyo de hasta 100.000 euros a fondo perdido.
«Evidentemente, el alcance de la BFA está limitado a un espacio temporal, la una cuantía económica y la unos hitos. Pero estar bajo el paraguas de BFAero es positivo, porque nos permite no solo una financiación que, a pesar de no ser suficiente, sí que es una ayuda, además de darnos visibilidad y proporcionarnos tutorización«, explica López. La aceleradora participa también de la elaboración de un plan completo para el desarrollo y comercialización de su producto a nivel local, nacional e internacional, con una duración de 24 meses para la etapa de incubación. Al mismo tiempo, ofrece la tutorización con expertos en el sector y el acceso a las instalación y equipos de la CUI, así como una oficina propia y espacios de coworking o de formación en todos aquellas cuestiones que afecten a su idea de negocio.