La historia del Freesterra-1, respirador que ha desarrollado la empresa coruñesa Bionix Technologies, es un gran ejemplo de como el talento y las ganas de servir a la sociedad pueden unirse y dar paso a un proyecto empresarial rentable y que genere riqueza en el país. La pandemia del Covid-19 ha transformado en apenas dos meses a esta start-up, que ha desarrollado un modelo de respirador para pacientes de Covid-19 (aplicable también a los de otras patologías) que podría llegar a fabricarse en un plazo de unos dos meses, si salen adelante las certificaciones aún pendientes.
Jacobo Penide, fundador y único socio de la empresa, explica que Bionix nació a finales de 2017 y se dedica fundamentalmente a ofrecer soluciones integrales a las empresas para el seguimiento de sus operaciones comerciales, mediante el uso de la tecnología RFID, internet de las cosas e inteligencia artificial. “Siempre he pensado que es una pena que en Galicia no se fabriquen productos sanitarios e incluso hice algún intento en el pasado por poner en marcha algún proyecto. Cuando estalla la crisis del Covid-19 y vimos el colapso sanitario que se produjo en España creí necesario aportar nuestros conocimientos para luchar contra esta pandemia y comenzamos con el proyecto del respirador”, explica Penide.
Los primeros diseños se hicieron a principios de marzo. Bionix consiguió la colaboración de otra empresa tecnológica gallega, Cinfo, y también de la Fundación Nóvoa Santos que gestiona el hospital Teresa Herrera de A Coruña y promueve la investigación sanitaria. Se trabajó día y noche para perfeccionar el diseño y en apenas 24 días consiguió realizarse un primer prototipo. El objetivo final era conseguir un respirador invasivo, apto para pacientes con una patológica tan aguda como el Covid-19.
Una vez alcanzado el prototipo comenzaron las pruebas y el respirador ha superado los ensayos de compatibilidad electromagnética, de seguridad eléctrica y funcional. Se han realizado de forma satisfactoria los ensayos en animales (cerdos) y también en un simulador humano. El paso que queda pendiente son las pruebas en personas reales y se espera poder realizarlo en pocas semanas, cuando lleguen las autorizaciones correspondientes. En todo momento se han seguido las recomendaciones de la Agencia Española del Medicamento y del organismo homólogo británico para el desarrollo de este tipo de aparatos.
Penide señala que cuando surgió la pandemia se anunciaron muchos proyectos para el desarrollo de respiradores, pero finalmente sólo salieron adelante cinco en toda España y uno de ellos es el desarrollado por Bionix. “Nuestro respirador tiene un concepto diferente al de otros. Es un aparato sencillo pero con buenas prestaciones, con un coste razonable y de fabricación escalable. Hemos demostrado la capacidad tecnológica para diseñar este tipo de productos en Galicia. Contamos con socios industriales gallegos para fabricar el respirador que ensamblaremos en nuestras instalaciones de A Coruña”, indica el CEO de Bionix.
Si el proyecto supera la etapa final de pruebas la fabricación podrían comenzar en poco tiempo y Penide apunta que pueden llegar a fabricarse mil equipos semanales. “Aunque no teníamos experiencia con productos sanitarios al final el proceso de construcción es muy similar al de otros que fabricamos, hay que aplicar la mecánica, la electrónica y el software. Ahora que hemos realizado este desarrollo, decidimos abrir una nueva línea de producción en la empresa para este producto. Ya hay interés en el extranjero porque, como es obvio, hay mucha demanda de respiradores por todo el mundo”, señala Penide.
Bionix trabaja en el desarrollo de otro respirador más sencillo que podrá usarse con pacientes leves de Covid-19
La certificación CE para el respirador también está en proceso y el CEO de Bionix destaca como “fundamental” la ayuda recibida por parte de Gain para dinamizar el proyecto y poder llegar antes al mercado. Penide se muestra orgulloso de haber podido demostrar que su viejo sueño de fabricar este tipo de productos en Galicia era posible, a pesar de las difíciles circunstancias en las que se han visto obligados a desarrollar el proyecto.
Además del Freesterra-1, Bionix está trabajando en el desarrollo de otro respirador, este no invasivo, que será más sencillo y aplicable a pacientes que tengan una afección más leve del Covid-19, por ejemplo. “Esta proyecto demuestra que se puede partir de una idea altruista para acabar desarrollando un producto que puede crear oportunidades y riqueza en Galicia”, concluye Penide.