jueves 28 marzo 2024

El ave que vela por las cosechas

En algunos cultivos de fresa, uva de mesa o piscifactorías ya sobrevuela un pájaro, un ave rapaz, que espanta a las bandadas que se alimentan de sus frutos. Y no lo hace siguiendo sus instintos, sino que sigue órdenes directas para proteger los cultivos. Esta ave es, en realidad, un dron desarrollado por la empresa Fobos, asentada en Vigo, para ahuyentar de manera sostenible las plagas de aves que amenacen los cultivos.

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El trabajo comienza con el estudio ornitológico profundo de la fauna existente en la zona a proteger y sus hábitos de alimentación para descubrir su ritmo biológico, cómo se comporta. A partir de ahí se programa un vehículo aéreo no tripulado, un dron, disimulado con forma de ave rapaz, que simula los movimientos de un ave real en su zona de caza. “Se adapta según la amenaza, tenemos varios modelos de imitación de aves rapaces”, explica el consejero delegado de Fobos Solutions, Marcos Carrera. La empresa adquirió en junio de 2014 los derechos sobre unas patentes desarrolladas por el CSIC, en concreto en la estación biológica de Doñana, y sobre ellas ha estado trabajando los dos últimos años. “El diseño, la fabricación y la técnica de aplicación, es decir, cuándo y dónde volar e incluso la técnica de vuelo son gallegas; además de los servicios integrales de control” del dron, indica Carrera.

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Las falsas aves depredadoras mantienen alejados a otros pájaros

La técnica es clara: las falsas aves depredadoras simulan vuelos cortos de ataque continuados durante 15 o 20 días para alejar a las bandadas que amenazan las cosechas o las siembras. “Es un método sostenible y con una efectividad del 90%, según los conteos del CSIC de las poblaciones de aves” en las zonas en que trabajan. Carrera explica que lo ideal es trabajar en la prevención, antes de que lleguen la siembra y la floración y, con ellas, las plagas de pájaros. “Es más fácil que ahuyentarlos cuando ya están allí y además el destrozo sobre las cosechas es cero porque no dejamos llegar a la plaga”, puntualiza. Este sistema comienza a utilizarse en cultivos de fresa, arándanos, quinoa, frutos de hueso como albaricoques, girasol, la uva de mesa y piscifactorías, sobre todo en el sur de España, donde tienen el clima cálido que atrae a muchas aves de paso y convierte a las plagas en un problema “grave”. Además, los terrenos de cultivos allí son de extensión considerable, superiores a las 20 hectáreas que recomienda el equipo de Fobos para poner en marcha el sistema para cultivos de alto valor. Cuando se trata de plantaciones de bajo valor, como el arroz, los sistemas de vigilancia comienzan a utilizarse a partir de las 200 hectáreas. Por ello, en Galicia su uso es “casi impensable” debido a la tradicional fragmentación del terreno que provoca la inexistencia de cultivos extensivos. El único hueco que ha encontrado hasta el momento para su implantación en la Comunidad es en las piscifactorías.

Estos drones camuflados de aves rapaces han despertado el interés más allá del terreno agrícola. La empresa ha recibido peticiones de ayuntamientos y puertos deportivos para alejar a las gaviotas de estas zonas, pero no se han podido llevar a cabo porque la normativa actual de uso de vehículos aéreos no tripulados no permite su uso en zonas pobladas. También “hay interés”, indican a grandes rasgos en Fobos, en emplearlas para tareas de vigilancia camuflada en áreas de conflicto.

«El diseño y la técnica de vuelo son gallegas», destacan en Fobos

Por el momento la empresa se centra en sus objetivos para este año: continuar con el desarrollo y los estudios sobre el uso del dron y buscar inversores para la expansión internacional de la empresa.  La curiosidad por el producto llega ya desde Chile, Argentina, Ecuador, Perú, Uruguay o Sudáfrica sin haber “movido un dedo” en su promoción internacional. Ahora toca concretar esas preguntas en proyectos. En paralelo, la empresa continuará también con el desarrollo de nuevos productos. Para ello han adquirido otras dos patentes a la Universidad de Sevilla para crear aplicaciones de visión artificial y cámaras a bajo coste para la detección de objetos. Están trabajando también en el campo de las cámaras multiespectrales de vigilancia de cultivos que ayudan a detectar las condiciones de las plantaciones, tales como, el nivel hídrico o las variaciones de clorofila, que, una vez analizadas ayudan a sacar conclusiones sobre sus necesidades. Además, tienen abierta una colaboración dentro del marco de las ayudas de la Xunta Conecta Peme que profundizará en el uso de la tecnología en el ámbito agrario.

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